7-Un cuento chino,

de Sebastián Borenzstein. Con R. Darín, I. Huang y M. Santa Ana.

2011, 93 min. Pampa Films.

La idea del encuentro entre distintos suele dar por resultado fórmulas remanidas y correcciones políticas al uso. No es el caso. Sebastián Borenzstein pone acidez allí donde otros echan edulcorante, narrando con justeza y poder de observación. El ferretero malhumorado de Ricardo Darín no es la mar de simpático, y sin embargo el relato sabe encontrar en él aquello que lo vuelve inteligente y singular, sin necesidad de andar redimiéndolo. Perdido en las antípodas, el chino al que una vaca caída del cielo lo dejó sin novia hubiera sido, en otras manos, boccato di cardinale para ternurismos o miserabilismos. Aquí es simplemente un extranjero extraviado, que anda necesitando una mano. Que el ferretero se la dé no hace de él un santo.

6-El ganador,

de David O. Russell. Con Mark Wahlberg, Christian Bale y Melissa Leo.

2010, 116 min. AVH.

En esta típica fábula del boxeador que lucha contra sus propias debilidades, también David O. Russell sabe zafar de clichés... hasta que los productores lo obligan a incurrir en todos. En su primera parte, el realizador de Tres reyes, que ya había mostrado antes su gusto por las familias “raras”, logra encontrar, en la disfuncionalidad de la familia del protagonista –el welter Micky Ward, que descolló en los ’80–, aquello que los hace atractivos. Sobre todo la mamá, suerte de Ma Baker desarmada (¡pero temible!), el hermano mayor –que hace todo lo que un profesional no debería– y la ¡docena! de hermanas viperinas y patoteras. Ante ese panorama, uno teme que venga una oleada de corrección y autosuperación... y es lo que viene.