Allá por los años ’30 y ’40 no existió en Hollywood género más subversivo que la comedia, pródiga en la clase de infidelidades, libertades y permisos que el pacato establishment cinematográfico no suele tolerar. Tras varias décadas de hegemonía de la variante blanca del género, desde fines del siglo XX creadores algo más anárquicos han logrado reinfiltrar en aquellas colinas del conservadurismo componentes altamente revulsivos, que, dado su éxito (no hay en Hollywood y alrededores altar más sagrado que ése), pasaron a formar parte del mainstream genérico. Así lo demuestran dos recientes comedias negras, que el sello AVH lanzará en forma conjunta en los próximos días. La convenientemente titulada Cómo acabar con tu jefe presenta a tres seres monstruosos haciendo la vida imposible a tres subordinados: Kevin Spacey como sádico refinado, un Colin Farrell pasado de merca y testosterona y Jennifer Aniston (en el que posiblemente sea el papel de su vida) como acosadora sexual en plan bestia. Las víctimas unirán fuerzas para ajusticiarlos. En Loco y estúpido amor, un recién separado Steve Carell recibe clases de langa de parte de un casanova profesional (Ryan Gosling), empeñado en demostrarle su carácter de impresentable.