8

EL ARTISTA

de Michel Hazanavicius. Con Jean Dujardin, Bérénice Bejo y John Goodman.
2011, 100 min.
AVH.

Hay quienes opinan que esta película en blanco y negro y con intertítulos, filmada “como si fuera” una muda, es puro artificio, simulación y falsedad. Esta sección cree, en cambio, que El artista logra recuperar la esencia de aquel cine: la elocuencia visual, la gramática simple y efectiva, la experimentación audaz con ciertas figuras retóricas, la emotividad, la fluidez para combinar, sin tropiezos, lo cómico y el melodrama extremo y sin pruritos. La historia es, en buena medida, una fusión entre Nace una estrella y Cantando bajo la lluvia. Un superstar del cine mudo, llevado por su soberbia, desestima el futuro del sonoro. Allí comienza su caída, al tiempo que asciende la estrella de su protegida y ex amante.

7

PROYECTO X

de Nima Nourizadeh.
Con Thomas Mann, Oliver Cooper y Jonathan D. Brown.
2012, 88 min
AVH.

Proyecto X lleva la idea de la fiesta descontrolada hasta un grado poco menos que apocalíptico. Lo cual no es extraño, teniendo en cuenta que la produce ese teórico del caos llamado Todd Phillips, realizador de Old School, ambas ¿Qué pasó ayer? y Todo un parto. Lo típico: tres nerds tratan de convertirse en los más populares, invitando a todo el college al cumpleaños de uno de ellos y aprovechando que los padres no van a estar. Aunque todo indica que a la fiesta no va a ir nadie, ocurre lo contrario: van todos. Y el descontrol es total. Pero total, total. Incluyendo un enano al horno, un auto en la piscina, el barrio entero prendido fuego y helicópteros de la Guardia Nacional sobrevolando la zona. Imagen de un mundo posible.

6

EL LIDER

de Joe Carnahan. Con Liam Neeson, Frank Grillo y
Dermot Mulroney.
2011, 117 min. AVH.

Cuando el avión que los transporta cae en medio del desierto de Alaska, un grupo de trabajadores petroleros se encuentra en una situación parecida a la de los rugbiers uruguayos de los ‘70, allá en los Andes. Pero peor. No sólo por los 30 grados bajo cero sino porque una manada de lobos hambrientos no les pierde pisada. De modo característico, la película dirigida por Joe Carnahan (el de Brigada A) trabaja las tensiones internas en el grupo, al mismo tiempo que el tema de la sobrevivencia en condiciones extremas. Hay como un sobrepeso de gravedad en lo que tiene que ver con la historia del protagonista, suicida potencial casi dostoievskiano. Pero el carácter herético con que se resuelve cierta subtrama metafísica contrapesa largamente.