VIDEO › HAROLD Y KUMAR... Y VECINOS CERCANOS DEL TERCER TIPO
El primero de los films completa su título así: Dos colgados muy fumados en Navidad. Es de imaginar la propensión al caos y a lo que podría denominarse “psicodelia degenerativa”. Vecinos... cruza la película de amigotes con la de monstruos espaciales.
› Por Horacio Bernades
La comedia estadounidense viene presentando con insistencia a lo largo de la última década dos variantes de la amistad masculina. Una es la que ha dado en llamarse bromance, neologismo que fusiona la palabra brother (en el sentido de “amigo del alma”) con la palabra romance. No se trata de relaciones homoeróticas estrictamente, pero son amistades tan estrechas que están al borde. 50/50 es un buen ejemplo, y otra de título más explícito es I Love you, Man, editada en la Argentina con el título Te amo, hermano. La otra variante es la del grupo de amigotes, cuya única diferencia con la otra posiblemente resida sólo en el número. Para tomar sólo casos de amigos adultos, algunos ejemplos de esta última son Old School, Virgen a los 40, Pase libre (de los hermanos Farrelly) y, claro, una de las cumbres del rubro, la serie ¿Qué pasó ayer?
Un lanzamiento reciente y uno inminente se suman a ambas variantes del male bonding o estrechos lazos masculinos. Por un lado, A Very Harold & Kumar 3D Christmas, que AVH editó con el título, algo más explícito, de Harold y Kumar. Dos colgados muy fumados en Navidad. Por otro, The Watch, que la Fox estuvo a punto de lanzar en cines un par de meses atrás y finalmente saldrá en DVD la semana próxima, con el título Vecinos cercanos del tercer tipo. Como el título de la edición local anuncia a gritos, Harold y Kumar... cruza el bromance con otra subespecie afín: la comedia de fumones, que cuenta con linaje propio (Pineapple Express es un ejemplo reciente). La de Harold y Kumar es una serie fílmica, iniciada en 2004 con Harold & Kumar Go to White Castle (se editó como Aventura nocturna), continuada cuatro años más tarde con Harold & Kumar Escape from Guantánamo (aquí, Dos colgados muy fumados) y rematada ahora en ésta.
Estrenada en Estados Unidos un año atrás, A Very... es algo así como una versión bromance de las llamadas “comedias de rematrimonio”, en la que Kumar, que sigue tan porrista como antes, se reencuentra con Harold, de quien estaba distanciado y se presenta ahora convertido en señor burgués. Harold tiene un problema y ese problema es su suegro, no otro que el temible Danny Trejo (el poceado Machete de Robert Rodríguez). Situada en época de Navidad, en su traslación al DVD A Very Harold... perdió, obviamente, el 3D que el título anuncia y que está usado un poco como en Peter Capusotto y sus 3 dimensiones. Lo que no perdió es la propensión al caos, a la transgresión y a lo que podría llamarse “psicodelia degenerativa”.
Todo lo antedicho se expresa en una estructura de creciente locura (al estilo ¿Qué pasó ayer?), escatologías varias (penes al aire, una virgen violadora), iconoclastias desaforadas (sangrientamente baleado, Papá Noel resulta un fumón de cuidado), desmadres al filo (una nenita de menos de cinco años se vuelve dichosamente adicta a toda clase de sustancias) y abundancia de zarpes visuales. Entre ellos, particularmente memorables el tiroteo coreografiado en ralenti, al estilo asiático (pero en medio de una lluvia literal de cocaína), la secuencia psicodélica en la que el mundo entero se vuelve de plastilina, varias secuencias de montaje digital (espléndidamente usado, a velocidad warp) y un musical de rompe y raja, al estilo Busby Berkeley.
A su turno, Vecinos cercanos del tercer tipo cruza la película de amigotes con la de monstruos espaciales, con Ben Stiller, Vince Vaughn, Jonah Hill y el semidesconocido Richard Ayoade (sumado a último momento, en lugar de Chris Tucker), formando un grupo de vigilancia ante una serie de muertes extrañas, que resultan haber sido provocadas por aliens. Ninguno de sus participantes parece demasiado convencido del costado alien del asunto, por lo cual en la medida en que la trama avanza va perdiendo gracia y sentido. Pero el comienzo es muy bueno, con Ben Stiller de ciudadano ejemplar, Vince Vaughn como hiperconsumidor tecno-yanqui, Ayoade obsesionado con voltearse a cualquier vecina y Jonah Hill babeándose por matar a alguien, tras haber sido rechazado por inútil en el examen de ingreso de la policía. En ese comienzo, The Watch despliega una corrosividad, un nivel de crítica política al nivel de lo mejor de la Nueva Comedia Estadounidense. En el camino va perdiendo todo eso aceleradamente. Culpa de una invasión extraterrestre que nadie parece saber muy bien de qué cielo cayó y por qué.
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