Aunque no siempre lo notemos, las computadoras se han vuelto parte de nuestro ambiente. Cajeros automáticos, teléfonos celulares y televisores funcionan casi igual que las computadoras, y como se dijo varias veces en las jornadas que terminaron el viernes, “estos dispositivos controlan nuestras comunicaciones públicas y privadas, y el almacenamiento de lo que escribimos y grabamos, es decir, una parte importante de nuestra memoria social”. Todas esas máquinas funcionan de acuerdo con lo que les dicen sus programas. En consecuencia, el problema de quién controla la producción y distribución de estas “órdenes para las máquinas” tiene profunda influencia social, y no debería quedar en manos de una organización privada. En ese contexto, los defensores del SL defienden los programas que se pueden usar con cualquier propósito, permiten estudiar cómo están construidos, admiten la copia y no impiden la redistribución con las mejoras que cada cual crea convenientes. Con eso no sólo proponen una forma diferente de entender el proceso de creación del conocimiento; sino que tratan de evitar que la necesidad de integrarse a las nuevas tecnologías termine por constituirse en un sometimiento a la sociedad de control.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux