Además de la TV, a Goity se lo puede ver actualmente en el teatro (Gorda, en el Paseo La Plaza) y en el cine formando parte del elenco de Un novio para mi mujer, la película dirigida por Juan Taratuto que con más de 1,4 millón de personas se convirtió en el suceso del año del cine nacional. “Lo que pasó con la peli fue maravilloso. Es un libro con el que la gente se siente identificada, está bien contada y tiene buenos actores. Era imposible pifiar, porque fue pensada para entretener y divertir a la gente. No es fácil hacer comedia popular en un país con tanto prejuicio, sobre todo de la crítica, como Argentina. ¿O acaso no tiene mérito hacer reír a la gente?”, analiza. En Un novio..., el actor comparte cartel con Adrián Suar y Valeria Bertucelli, interpretando al Cuervo Flores, un atípico galán que posee el extraño don de conquistar a toda mujer que se cruce en su camino. “Fue un personaje que me dio mucha libertad para poder jugar. Estaba tan bien escrito que no necesité remarlo, tampoco. Le puse mi impronta pero no tuve que rehacerlo. Pablo Solarsz, el guionista, me facilitó las cosas. Al punto que este personaje es una película en sí mismo, es muy rico. El Cuervo Flores pide una película”, exagera. La construcción de personajes que juegan a ser galanes atípicos desde el físico y las formas no era nueva para Goity: anteriormente ya había sacado lustre a esa clase de seductores barriales en Los Roldán y Gladiadores de Pompeya, y de alguna manera ahora lo retomará en Atracción x 4. “Son –dice– galanes más reales, menos estereotipados, que los vuelve más queribles porque el público logra identificarse. Los galanes de barrio no son perfectos ni producidos como los que destila la pantalla. En mi barrio el galán era el sodero, que era un petiso muy entrador. El depredador de Palomar de la cuadra de Jacarandá hasta la placita de los aviadores era él y yo me baso en eso para mis personajes.”