Hace dos semanas, Matar a todos se proyectó en el Centro Mundial para la Promoción de los Derechos Humanos, auspiciado por la Unesco, en el Espacio para la Memoria (ex ESMA). Organizado por el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, el acto contó con la presencia de la Presidenta y de la titular del Incaa, Liliana Mazure; la vicepresidenta del organismo, Carolina Silvestre, los agregados culturales de Uruguay y Chile y de Schroeder y Contreras, entre otras personalidades. “Desde un punto de vista, fue todo un desafío en cuanto a las condiciones técnicas, de lograr las mínimas condiciones aceptables de visibilidad, de audición. Todo eso fue una aventura porque hay ciertos parámetros artísticos y formales de la obra que uno los pone en riesgo y al servicio del acto testimonial que, sin dudas, significó”, relata Schroeder. A su vez, el director asegura que “en otra dimensión fue muy intenso y positivo por lo que la película propuso y por lo que sintió toda la gente que la acompañó en la organización. Se estaba inaugurando la Cinemateca del Espacio de la Memoria. Entonces, me parece que hay una sinergia muy positiva. Que la película se ubique en este lugar, sin duda, es un honor”. Contreras, en tanto, asegura que “fue muy conmovedor, pero afortunadamente me fui prevenido. Me programé, de alguna manera. Yo nunca había entrado a ese espacio. Y en esta circunstancia, temía ser pasado por la conmoción, por la emoción. Entonces, un poco me programé de ir lo más tranquilo posible. Pero ayudó mucho el clima que había: de mucha cordialidad, de estar inaugurando este espacio, poniéndolo en uso. Entonces, había un clima de serena alegría. Eso ayudó con respecto a lo que yo temía porque de solo ponerse a pensar que ahí estaba el infierno, es muy fuerte”.