LOS ANUNCIOS EN CULTURA
Un encuentro con muchos números
El viento de renovación sopla en el Poder Ejecutivo y se extiende a todas las áreas del Gobierno. El secretario de Cultura de la Nación, José Nun, movió sus fichas, anunció los cambios y pidió un aumento del presupuesto destinado al área para conservar el patrimonio nacional edilicio y los archivos, “las niñas feas de las instituciones culturales”. El rumor del alejamiento del subsecretario de Cultura, José María Paolantonio –secretario de Industrias Culturales durante la polémica gestión de Torcuato Di Tella–, quedó confirmado. Lo reemplazará el abogado Pablo Wisznia, especializado en temas culturales, en tanto Paolantonio será coordinador del área del Mercosur. Como estaba previsto, el subdirector Horacio González asumirá como director de la Biblioteca Nacional, tras la renuncia de Elvio Vitali, quien fue electo legislador por la Ciudad de Buenos Aires. El historiador Horacio Tarcus ingresará a la función pública como subdirector de la institución que dirigieron Groussac y Borges. Otra variante “natural” es el reemplazo de Jorge Coscia en la presidencia del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), quien asumirá esta semana como diputado nacional. El nuevo presidente es Jorge Alvarez, actual vicepresidente del Incaa.
A un año de asumir, Nun aún no consiguió que se cumpliera la promesa que le hizo Kirchner: el aumento del presupuesto destinado al área. “Es tarea de la Secretaría de Cultura la conservación y restauración del patrimonio cultural del país”, aclaró. El organismo que dirige Nun tiene a cargo 45 edificios, entre los que tienen un lugar destacado los museos. “En la era post-Cromañón se necesita mucho dinero para restaurar y conservar edificios en situaciones precarias”, agregó. El tema presupuestario es el talón de Aquiles de todos los gobiernos. Las partidas destinadas a cultura, confirmó Nun, siempre han sido extraordinariamente bajas. La Unesco recomienda que sea destinado al menos el 1 por ciento del PBI. Brasil dispone el 0,6, Uruguay dedica el 0,5 y Argentina sólo el 0,17 por ciento. “No llega al 0,2 por ciento”, comparó el secretario de Cultura. Sin dramatizar, pero ofreciendo cifras que demuestran la falta de financiamiento que aqueja al área, Nun señaló que “el 85 por ciento del presupuesto se destina al pago de salarios y gastos de mantenimiento, seguridad y vigilancia, mientras que para la gestión propiamente dicha queda solamente un 15 por ciento”.
“Asumí con el compromiso del Gobierno de aumentar el presupuesto de cultura por primera vez en la historia”, explicó Nun. “En la medida de sus posibilidades, el gobierno nacional ha hecho aumentos en el orden de los 9 millones, pero están lejos de los 40 que solicitó la Secretaría.” Parte de ese dinero asignado por el Gobierno, “casi la mitad”, fue utilizado para pagar cuentas atrasadas del 2003 y del 2004. Aunque en los últimos meses el sector privado (cerca de 25 empresas) y las organizaciones de la sociedad civil (más de 50) le manifestaron al secretario de Cultura la voluntad de coordinar actividades conjuntas, “los recursos principales tienen que provenir del Estado”. Nun dijo que tiene la esperanza de obtener 55 millones más para el 2006, casi el doble del presupuesto de este año, por el trabajo realizado durante su gestión. “Un optimista es un pesimista inteligente”, bromeó el politólogo, quien se reunirá la próxima semana con la nueva ministra de Economía, Felisa Miceli, para advertirle que peligra el funcionamiento de la Secretaría si no se aumenta el presupuesto.
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