Hace años que Daniel Link viene trabajando con Copi, un autor del que aún no se conoce su obra completa. “Es uno de los grandes escritores que modificó la manera de comprender la literatura y de practicarla, lo cual no lo hace un autor digerible”, plantea el autor de Fantasmas. “Siempre hay algo excesivo en Copi, que ha sido mal leído, y sus obras de teatro han sido puestas para públicos muy reducidos, en salas muy periféricas, como formando parte de un dispositivo off off off, porque así fueron pensadas en su momento. Pero fueron pensadas así en la década del ’70; han pasado 30 años y tenemos a Florencia de la V en la televisión. Me parece que ha cambiado mucho la imagen que se tiene de la sexualidad. Pero Copi siempre te va a poner a gente comiendo una rata muerta, y en el momento en que se piensa que eso ya no escandaliza a nadie, la rata muerta vuelve a introducir esa cosa siniestra de Copi.”

Poco a poco, Link consiguió reponer la obra teatral de Copi. Pero hay algunas piezas como El mundial (1978) que no la tiene nadie, que no se conoce. “Me parece injusto no conocer su obra completa. Cada tanto releo a Copi cuando voy a escribir algo o porque tengo que dar una clase, y me impresiona que no haya perdido fuerza. Copi me sigue sorprendiendo porque está instalado en un lugar muy extraño, donde precisamente funciona bien el paradigma del fantasma, donde lo imaginario tiene toda la fuerza del mundo. Copi empieza escribiendo acerca de una guerra de clanes de travestis en París que termina siendo una nave espacial que se va a la Luna. Como lector y escritor me interesa investigar esa zona donde no importa si las cosas son reales o no; lo que importa es esa cosa envolvente que le da una cierta densidad a todo.”