El Centro Cultural Rojas es un espacio que desde hace ya varios años alberga a artistas de danza contemporánea. Su cabeza en el departamento de danzas es Alejandro Cervera, que recientemente obtuvo el premio María Ruanova a la trayectoria, el más importante galardón para el mundillo de la danza local. Cervera ha convertido al Rojas en un ámbito de referencia en el campo de la danza contemporánea, en un semillero de jóvenes coreógrafos, que encontraron allí la oportunidad para iniciarse en el campo de la creación con plena libertad. En el nuevo ciclo que prepara el Rojas para estrenar en agosto, el punto de partida ha sido igualmente sugerente: dos coreógrafas –Gabriela Prado y Ana Garat– trabajaron sobre La bailarina, de Degas, para crear dos lienzos en movimiento completamente disímiles. “A partir de un breve estudio sobre la obra de Degas, he seleccionado aquellos aspectos estéticos que me han resultado significativos para rumiarlos escénicamente. Ciertos rasgos que al nombrarlos me permitan imaginar una puesta que reformule a través del lenguaje físico algo del mundo pictórico y escultórico de este artista pionero del impresionismo”, anticipa Gabriela Prado. En La bailarina de Degas. Un díptico, cada coreógrafa interpretará su propio unipersonal acompañada del cellista Alejandro González Novoa. “Son dos lienzos y somos dos bailarinas para pintar ideas sobre la luz y la sombra, los ángulos insospechados, el volumen de los cuerpos. Comprobamos que las mismas ideas inspiran y conducen a cada artista hacia un paisaje y estado diferentes”, resume Prado.