En 2009, el mundo despidió a tres importantes figuras de renombre internacional. En primer lugar, la argentina María Fux les dijo adiós a los escenarios a los ochenta y siete años, aunque aseguró que seguirá trabajando en el campo de la danza, formando docentes de danzaterapia, la metodología que ella desarrolló hace más de cuarenta años. Las otras dos despedidas son aún más dolorosas, porque se trata de grandes personalidades que se han ido este año, aunque seguirán por siempre formando parte de la historia de la danza contemporánea: el 30 de junio falleció, con sesenta y ocho años, Pina Bausch, la figura más destacada de la danza alemana, innovadora y rupturista para su época, considerada la pionera de la danza teatro. Un mes más tarde, el 26 de julio, murió el norteamericano Merce Cunningham, de noventa años, creador del método que lleva su nombre, inolvidable por sus coreografías de gran despliegue físico con música de su entrañable compañero, John Cage.