Las relaciones entre Raphael y el franquismo han sido fuente de controversia desde el principio. Sin prestar demasiado oído a la polémica, antifas como Joan Manuel Serrat han aceptado cantar con él, al igual que numerosas figuras del rock contemporáneo. No obstante, algunos textos incómodos siguen ahí. En un libro de un tal Manuel Leguineche que se publicó en los ’70 se menciona un reportaje del periodista Raúl del Pozo en el que el ídolo alardeaba de “ser fanático de Franco”. Una cita similar está en El General Franco, de Carlos Fernández Santander (Ed. Crítica, 2005, página 264). El Raphael maduro procura desmentir la versión: “¿Yo? No creo que haya dicho eso. Vivíamos con lo que había en el presente. De ahí a preferir a Franco hay un abismo. Porque había dos caminos; o te quedabas en casa o te ibas, por tus ideas, muy lejos de los tuyos. En mi caso elegí transitar la España que me tocaba, como hicieron millones de compatriotas”.