En momentos en que la ola de terror japonés inicia su movimiento descendente, arrastrando en esa caída el fango de la repetición, las interminables secuelas y las no menos interminables remakes hollywoodenses, en el Bafici se presenta lo más nuevo de Kiyoshi Kurosawa, viejo conocido de un festival que supo dedicarle un “Foco” años atrás. En Loft, el maestro de películas como Caos, Carisma y Bright Future ratifica su capacidad de crear fantasmas, a pura inquietud y sugerencia. Versión boscosa y nipona de La ventana indiscreta, la escritora de Loft ve a través de la ventana de su casa una extraña figura, arrastrando lo que parecería ser una momia, en una morada que debería estar deshabitada. ¿O en verdad cree ver? Si el potencial es el tiempo verbal del fantástico, la indefinición de lo que se ve y lo que se cree ver es una potencialidad del cine por excelencia. Y ya se sabe: en idioma japonés, fantástico + cine se pronuncia Kiyoshi.

(Hoy a las 22.30 en la sala 1 del Atlas Santa Fe.)

Después de los fantasmas de Loft, los zombies de Homecoming. Después de Kiyoshi Kurosawa, el regreso del gran Joe Dante, el de Gremlins, Matinée y Pequeños soldados. Vergonzosamente confinado a la televisión, fue en el marco de la serie Masters of Terror (de la que en el Bafici se exhibe también el episodio dirigido por John Carpenter) que Dante entregó Homecoming, emitida a fines del año pasado. Basada en un cuento de Dale Bailey, la premisa es que los soldados estadounidenses muertos en Irak vuelven de la tumba, para reclamar su derecho al voto. ¿Y a que no saben en contra de quién piensan votar? Decididamente jugado a la sátira política (como en su anterior La segunda guerra civil, que en Argentina salió en video) Dante habría consumado, según proclama The Village Voice, la más insidiosa fábula política de la era Bush II.

(Hoy a las 23, en Malba.cine.)