Ricardo Romero, politólogo especializado en Logias Masónicas, estudió detalladamente la versión sobre el Cristianismo que propone El Código Da Vinci; lo interpreta como un relato afín a una verdad histórica, confía en la documentación más allá de los efectismos del thriller místico. Y toma partido. “No es mi intención atacar a la Iglesia –dice–, pero creo que El Código... tampoco lo hace. Simplemente toma algunos puntos controversiales y los usa como nexo de pistas para una novela policial. Aunque esta situación deja abierto un punto interesante, el porqué de este enfrentamiento entre Iglesia y Masonería.”

“Al recuperar la tradición cristiana vinculada al misticismo egipcio y judío –sigue Romero–, al buscar en la figura de María Magdalena la continuidad del cristianismo y al impulsar la voluntad de los pueblos contra todo poder divino, se contrapone a la visión de la Iglesia Católica que intenta generar una ruptura con esas tradiciones. Aunque en realidad, la masonería intenta iluminar sobre temas que, a veces, el oscurantismo oculta. Obviamente, es cuestión de fe o razón.” Profesor universitario de Economía Política, también docente en el Colegio Nacional de Buenos Aires, Ricardo Romero siente que los masones podrán estar viviendo este estreno como una reivindicación.

“Los americanos –pide el politólogo, encantado con el cruce entre la divulgación teológica y las huidas por museos, bóvedas y mansiones de París y Londres que propone El Código Da Vinci–, especialmente los argentinos, deberíamos estudiar con mayor detalle la tradición masónica, ya que importantes hombres de América, como Miranda, Bolívar o San Martín, pertenecieron a la Orden, y en Argentina, Moreno, Belgrano, Castelli, entre otros, forjaron nuestra independencia. El proceso político de la formación latinoamericana se comprende mejor a través del estudio de la institución de la Escuadra y el Compás. Sin prejuicios, y con la tolerancia necesaria, podremos leer y disfrutar críticamente un libro que se convirtió en best-seller.”