“Cuando leí el guión, no creía que yo pudiera hacer este personaje porque trataba de referirme a la fauna que pudiera existir en ese margen”, señala Daniel Fanego sobre Adrián, el villano de Todos tenemos un plan. Si bien señala que “todos tienen su cuota de oscuridad, todos tienen un secreto y todos tienen un plan”, Adrián es el más oscuro. “Tiene una cuota de oscuridad importante, por sus características, por la vida que llevó, por ese encierro, como si hubiera quedado encerrado en algunos de los círculos del infierno de Dante”, comenta el actor que ya interpretó a diversos villanos. “No hay una particularidad por la villanía o la no villanía”, dice Fanego, quien asegura que no elige los roles “por su prontuario”, sino “por la complejidad que me ofrecen a mí como actor y las posibilidades que tienen, se trate de un villano o no”. Y lo profundiza de la siguiente manera: “Lo que me atrae de los personajes son las curvas. Es decir, cuando uno lee el guión y dice: ‘Este personaje entró por acá, y ¿por dónde salió?’. Y en ese recorrido puede estar o no la riqueza”. Si se tiene en cuenta que en este momento hay otras dos películas en cartel en las que participa (Atraco! y Rehén de ilusiones) se podría suponer que es un gran momento artístico. Pero no lo ve así: “Mi momento artístico más importante es desde el día que decidí ser actor y sostenerlo. Este es un momento para celebrar porque se estrenan trabajos que hemos hecho, con éxito además. Y se estrenan películas queridas que salgo a defender con mucha alegría y mucha certeza de lo hecho”.