En Comicópolis la diversidad de universos es la norma, por eso recomendar una actividad u otra está atado a los gustos de cada visitante. Por ejemplo, se puede ver la muestra que el sello Fantagraphics, baluarte del indie norteamericano, trajo de la legendaria revista under Zap, donde emergió Robert Crumb. En el otro extremo de la producción estadounidense, “El demonio que ríe” se enfoca en ese clásico del comic de superhéroes que es Batman, aquí desde la óptica de Norm Breyfogle. La historieta periodística y testimonial también tienen su lugar con el reflejo de la Primera Guerra Mundial de Joe Sacco y los diarios de viaje de Guy Delisle. Quienes, en cambio, prefieran aventura pura y clásica, tienen a Robin Wood y Carlos Gómez exponiendo su Dago. Los que optan por el humor gráfico tienen una reinterpretación de Mafalda en manos de medio centenar de artistas y una recorrida por los barrios porteños de Miguel Rep. Tampoco falta la historieta europea, tanto en las muestras personales de Alex Fito, Bartolomé Seguí y Thomas Ott como en “Tebeos”, sobre historieta española contemporánea. Y dos yapas de gran nivel: una muestra de esculturas alusivas del notable argentino Martín Canale y la integración del festival con Huellas de una invasión, una de las propuestas permanentes de Tecnópolis para esta temporada, dedicada al universo de El Eternauta, de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López.