Boniface Ofogo Nkama nació hace 40 años en la aldea de Omasa, a cien kilómetros de Yaundé, la capital de Camerún. Es uno de los 14 hijos del rey de la tribu yambasa, Nkama Ofogo (cuyos nombres significan “tarántula”, un animal sagrado, y “mensaje”), y designado por él como su sucesor cuando muera. Por tanto, el narrador camerunés es, literalmente, un príncipe. Ofogo narra desde los tres años, cuando iba con su padre a las reuniones junto al Arbol de la Palabra. “En ese árbol se reúne en las festividades el Consejo de Ancianos y la gente. La vida en mi pueblo es muy comunitaria y la palabra es muy importante. Para los conflictos entre vecinos, por ejemplo, el Consejo se reúne a hablar y todo se resuelve por consenso. Si no se puede llegar a un acuerdo en un día, siguen hablando al otro, hasta que tomen una decisión.” Vive en España desde 1998 y, aunque empezó a contar como un juego las historias de su país, ahora no puede dejar de hacerlo. “Cuando le dije a mi padre que dejaría mi trabajo para dedicarme a contar, me dijo: ‘¿Me estás diciendo que te pagan por contar cuentos? ¿Cómo es posible que te paguen por algo tan cotidiano y común? ¿Los blancos se han vuelto locos?”