–En Volver no parece una casualidad que el personaje de Carmen Maura, una actriz con quien Almodóvar no trabajaba hacía 17 años, sea una aparecida, una suerte de espectro, de fantasma. El cine del director de Matador y Todo sobre mi madre nunca tuvo demasiada relación con el género fantástico, pero... ¿cree Almodóvar en los fantasmas?

–Fantasmas no he visto, pero sí hay una suerte de ilusión óptica, que eso sí es muy común. Ir por la calle y, en la multitud, ver que alguien pasa a tu lado, alguien que ha muerto y a quien tú conoces. Es algo que dura una fracción de segundo. No creo en fantasmas corpóreos, que puedan aparecer como nosotros estamos aquí, pero sin embargo sí creo en la gente que cree en los fantasmas. Cuando alguien dice “he visto a un fantasma que ha venido y me ha comunicado algo” sí creo que ha vivido esa experiencia. Durante mi infancia he oído montones de historias de personas que decían que los habían visto. Creo que nuestra mente es capaz de reproducir de un modo que tiene que ver con lo visual pero no exactamente con lo corpóreo imágenes que están en nuestro interior, en nuestra memoria. Y creo que las personas no mueren mientras estén dentro de nosotros. Después, hay otros fantasmas, que no son los personales, y esos dan más miedo: son los fantasmas de la historia de tu país. En España, por ejemplo, he vivido bajo el fantasma de la dictadura de Franco, y siempre fui muy sensible a este fantasma, como si temiera que volviera a aparecer. Esos son los peores fantasmas, porque los otros son fantasmas que vienen a acompañarte, a darte consuelo, a ayudarte.