Mario Ortiz (Bahía Blanca, 1965) cuenta que el próximo volumen de Cuadernos de Lengua y Literatura tendrá como tema el espacio, determinados mapas y construcciones imaginarias. “En el Parque Independencia hay un monumento alucinante, hecho con ladrillo y cemento, un mapa de la República Argentina. ¿Por qué está ese monumento ahí? Al lado de ese mapa hay una especie de pileta con unos bordes como si fuesen un cantero. Eso, me dijo Luis Sagasti, es el mapa de la provincia de Buenos Aires. Y esa especie de pileta irregular es el mar Argentino. A partir de esto empiezo a tramar determinadas cosas que tienen que ver con la representación del espacio, con la geografía. Me acordaba del geógrafo de El Principito, que no se mueve nunca de la silla, pero recibe los informes que le traen”, recuerda Ortiz, un escritor de los que todavía disfrutan ese “anacrónico” placer que consiste en escribir a mano. “Mi padre hacía trabajos en escribanías y las hojas que él descartaba yo las tomaba para escribir en el reverso. Ahora hago exactamente lo mismo. Cuando hay fotocopias que no sirven más, me las guardo y las uso para escribir.”