Sáb 19.08.2006
espectaculos

CHICOS › OPINION

Una puerta a otros mundos

› Por Eduardo “Tato” Pavlovsky

La creación teatral habilita la facultad de usar dispositivos compartidos. Eso es algo tremendamente saludable en estos tiempos, porque recupera vínculos solidarios que a veces se encuentran en situación inestable. La cantidad de “catarsis de integración” que los niños pueden realizar –aun sin darse cuenta– a través de los afectos de los personajes de una creación teatral es enorme, y les sirve como elemento para explayar sus propias emociones. Esas identificaciones que se generan a lo largo de una función van más allá de las imágenes parentales: abren la puerta de otros mundos existenciales que exceden lo hospitalario y configuran campos de experimentación propios del grupo en su momento histórico. Es, como decía Deleuze, una apertura hacia otros territorios, una chance de ser nómade aunque se tenga movilidad restringida. En otras palabras, el arte –y sobre todo el teatro– es capaz de crear en los niños una conciencia de grupo con integrantes que se sostienen entre sí. A partir de eso, abre la posibilidad de inventar juntos. Ambas son, para mí, condiciones importantísimas en cualquier terapia de grupo.

El Hospital Gutiérrez tiene una historia interesante en lo que se refiere a trabajos artístico-terapéuticos. De hecho, entre 1958 y 1965 fue uno de los puntos donde se originó el psicodrama argentino. Habrá que ser, sin embargo, muy cuidadoso con los lugares que se vayan ganando. Especialmente porque este país tiene una complicidad civil muy grande con las peores realidades. En este momento la clase media, por ejemplo, potencia su preocupación en la inseguridad, cuando el treinta por ciento de los pibes tiene hambre. La pobreza atroz y la falta de atención médica quedan en segundo plano, mientras Plaza de Mayo se llena para seguir al fascismo de Blumberg. Esta dinámica se entiende a partir del trabajo de represión aplicado sobre la sociedad durante años; una forma del miedo tan compleja que ha conseguido que haya muchos fascistas que no pueden darse cuenta de que lo son.

* Médico psicoanalista, dramaturgo y actor.

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