En noviembre se estrenará otra película protagonizada por Benjamín Vicuña, La memoria del agua, que aborda la historia de amor de una joven pareja que, tras la muerte de su hijo, lucha por mantener su relación. En este film, dirigido por Matías Bize, Vicuña interpreta al padre. Sería un dato más si no fuera que el drama de la película es algo que el actor también vivió en carne propia. “Más que removerme heridas, es una película que hice desde un lugar intuitivo, donde la decisión fue por delante del cuerpo y quise estar en un proyecto así porque sabía que era un proyecto trascendental e importante y creo que no me equivoqué”, confiesa Vicuña. Y, a la vez, reconoce: “Hoy estoy muy contento con lo que la película ha logrado y lo que significa para muchas personas”. ¿Actuar permite asimilar el dolor o evadirse de la realidad? “Yo creo que actuar es estar, no fingir, es poder por un minuto concentrarse y estar en la realidad, pero la de un personaje”, entiende el actor. “No lo veo como evadir. Muchas veces uno se sumerge en zonas peligrosas y súper difíciles. Creo que actuar es tener coraje y valentía de estar”, concluye Vicuña.