¿Cómo se hizo cronista de alta sociedad?

Yo entré a CQC –recuerda Malnatti– cuando lo que había era el saludo al presidente, escaparse o colarse. No tenía lugar, y empecé con el cronista latero, que sabía más que el entrevistado. Hasta que un día me agarró Saúl Ubaldini y me dio vuelta: sabía las leyes, los números, y mató a ese cronista. Entonces empecé a ir a las vernissages. Encontré una veta; lo hice durante mucho tiempo. Y ahora eso está volviendo: la señora con el batido, todo lo que había desaparecido. La gente empieza a salir con los autos caros porque no tienen vergüenza. ¿Mi crónica más maliciosa? La primera que hice con Federico Klemm, Mariano Grondona y Amalita. Campbells creó la sopa en lata, Andy Warhol la pintó y Federico se la come, le dije.

–¿Por qué vuelven?

–Se están reactivando todos los garcas que estuvieron escondidos abajo de la piedra. Si no hay buenos cronistas de ese mundo, ya van a salir. Está Sebastián Wanraich, que es nuevo. Y está Clemente Cancela también, al que no le importa quedarse en la TV. Y yo a esa actitud la valoro. La gente te grita “Capo”. ¿Y vos te considerás un capo como para darte vuelta?