CINE › “LA BATALLA DE LOS VEGETALES”
El regreso de dos personajes únicos
El primer largo dedicado al dúo Wallace & Gromit ratifica los méritos que le dieron prestigio a su creador, Nick Park. A pesar del respaldo de DreamWorks, vuelve a mostrar la vocación artesanal que rige sus films.
› Por Luciano Monteagudo
Cuando a Nick Park se le pregunta por las huellas dactilares del animador, que ostensiblemente quedan marcadas en la frente de sus personajes de plastilina, responde –sin falsa modestia, pero también sin ostentación– que es “un poco como en la pintura impresionista, cuando uno afina la mirada y percibe los trazos del pincel”. Se trata, evidentemente, de resaltar un gesto de Wallace o de acentuar el ceño fruncido de Gromit, pero también, sobre todo, de señalar que detrás de la impresionante perfección de esta película animada no está sólo la omnipresente computadora, las imágenes sintéticas generadas por un ordenador, sino –en primer lugar– la paciente mano del hombre, del artesano que va moldeando las formas hasta darle la expresión justa y necesaria para cada fotograma. A pesar del respaldo de la corporación DreamWorks, esa cualidad artesanal sigue siendo la marca distintiva del cine de Nick Park y de los estudios Aardman, tal como lo demuestra La batalla de los vegetales, el primer largometraje dedicado al dúo dinámico de W&G después de que se dieran a conocer con sus primeros cortos, diez años atrás.
Como siempre, Wallace es el inventor perezoso, capaz de desarrollar un complicadísimo mecanismo de goznes, toboganes y poleas con tal de aprovechar un minuto más en la cama y tomar su té y su queso cheddar con el mínimo esfuerzo. Mucho más realista y pragmático, su compañero Gromit –las cuatro patas siempre bien en la tierra– jamás emite una palabra, pero cada movimiento de sus cejas expresa todo de su relación con Wallace. En la nueva película, ambos son los responsables de Anti-Pesto, una peculiar agencia de seguridad privada, dedicada a velar las primorosas huertas de un pequeño pueblito británico, que se dispone a celebrar un concurso de vegetales, a la manera de las ferias de antaño.
Gracias a su ingenio, Wallace desarrolló una máquina de capturar conejos, que hace las delicias de Lady Campanula Tottington, porque no implica violencia alguna. Pero Lord Quartermaine, pretendiente de Lady Tottington, prefiere métodos más expeditivos, como la escopeta, que tendrá ocasión de probar cuando –en las noches de luna llena– aparezca un conejo gigantesco, un depredador dispuesto a arrasar con todos los jardines de la zona. En una batalla desigual, W&G se enfrentarán no sólo al superconejo y a Lord Quartermaine, sino también a sus propios demonios...
Después de un logro mayor para Park y compañía como fue Pollitos en fuga, quizás esta Batalla de los vegetales no sorprenda de la misma manera. También podría pensarse que es difícil superar la excelencia de Los pantalones equivocados o Una afeitada al ras, los dos mejores cortos de Wallace y Gromit, que en apenas 30 minutos eran capaces de desarrollar un humor sutil, válido tanto para chicos como para adultos. En este sentido, La batalla de los vegetales parece más destinada al público infantil (quizás allí se note la mano de DreamWorks), pero no por ello Nick Park se priva de guiños e ironías que remiten al inconsciente colectivo cinematográfico, ese patrimonio común que aquí remite tanto a los viejos lobizones de las películas de la Universal como al Dr. Jekyll y Mister Hyde.
8-WALLACE Y GROMIT. LA BATALLA DE LOS VEGETALES
Gran Bretaña/Estados Unidos, 2005.
Dirección: Nick Park y Steve Box.
Guión: Nick Park, Steve Box, Bob Baker y Mark Burton, basado en los personajes creados por Park.
Voces (en la versión original, subtitulada en castellano): Peter Sallis, Ralph Fiennes, Helena Bonham Carter, Peter Kay, Nicholas Smith, Liz Smith. Copias subtituladas en el Hoyts Abasto, Village Recoleta y Cinemark Palermo.
Nota madre
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La ficha
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