A Villarruel se le planteó una situación hipotética: si tuviera la posibilidad de contar con un presupuesto abierto y no dependiera del rating, ¿qué gusto se daría? “Si pudiera soñar, haría un canal de acuerdo a mis preferencias: los lunes pondría un ciclo de cine asiático (Kar Wai, Kitano), los miércoles programaría un ciclo de cine francés moderno (Tavernier, Ozon, Lecon) y los viernes, que es un día más relajado, pondría un ciclo de películas de acción, pero con contenido. Programaría algunas sitcoms originales y también trabajaría codo a codo con la BBC 2, que tiene programas muy buenos. No es una pantalla cara, pero creo que no tendría altos índices de audiencia...”
–¿Es impensada esa pantalla en la industria actual?
–No, pero tiene que haber un proceso de pantalla. De hecho, el año próximo vamos a hacer un ciclo llamado Festival de cine, en el que se va a emitir otro tipo de películas, un cine que no es necesario para el negocio, pero que sí lo es para el espíritu. Este año ya lo quisimos implementar, pero cuando fuimos a las distribuidoras nos pidieron cifras muy altas por los derechos. Al ser un canal de TV, quisieron aprovechar para hacer dinero. Y en el 2000 incluimos la Friends original, pero no la vio nadie. Y ahora emitimos 24, los sábados a la medianoche, porque cuando fue los miércoles no funcionó. Es cuestión de encontrar el nicho para cada producto.