¿Cambió este personaje su punto de vista sobre la guerra y sobre el modo en que se maneja Estados Unidos?
–En el programa lidiamos con situaciones ficticias. Realmente no puedo asegurar que haya sido una ventana a un sentido increíblemente real de lo que sucede con las decisiones que tiene que tomar un presidente.
–¿Pero no la hizo vacilar sobre la legitimidad o no de una invasión a Irak?
–He aprendido que la clase de problemas que afronta un presidente siempre serán enormes. Para el momento en que algo tiene la importancia de llegar hasta el escritorio del presidente, tiene que ser una decisión muy difícil de tomar, así que ciertamente tengo un gran respeto hacia lo complicado que ese trabajo es en verdad.