En cuanto a entidades e instituciones, el año finalizó con noticias a favor y en contra. Se destinó finalmente un presupuesto mayor para Proteatro, entidad que apoya la actividad escénica no oficial de la ciudad. Según lo anunciado será de 3,6 millones para 2008. Se produjeron algunos adelantos en materia legal para los independientes, y en el caso puntual del Celcit (Centro Latinoamericano de Investigación Teatral), la entidad halló finalmente nueva sede en Moreno 430. Meses atrás lanzó un SOS, cuando los dueños del predio que ocupaba le anunciaron que lo pondrían en venta. Lo que aún queda sin resolver totalmente es la situación del Teatro Nacional Cervantes, que estuvo paralizado durante meses por conflictos laborales, y por la desidia y falta de voluntad política de los responsables. Recién en las últimas semanas se estrenaron dos de las obras programadas tiempo atrás. Por otro lado, una resolución de la Justicia porteña, por la que se suspende la demolición del Teatro del Picadero (en el Pasaje Enrique Santos Discépolo, a metros de Corrientes y Callao), se convirtió en elemento de júbilo para la comunidad teatral. Semanas atrás había compartido una movilización junto a integrantes de la ONG vecinal “Basta de demoler” para evitar que se derribara ese teatro, símbolo de resistencia del sector a la dictadura militar, puesto que allí se organizaron las primeras jornadas de Teatro Abierto 1981. Otra organización dispuesta a batallar es Teatro X la Identidad, nacida a impulsos de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo que preside Estela de Carlotto, con apoyo de entidades de derechos humanos, actores, autores, directores, técnicos de escena y dueños de salas. La comisión de TXI aspira a que su tarea sea reconocida a nivel oficial y se la incluya en el presupuesto de Cultura de la Ciudad y de la Nación.