CAFE CIENTIFICO: DE BABEL A LA ACTUALIDAD
Detrás de cada palabra, de cada discurso, se esconde la historia del lenguaje, que trasciende sus apariencias de mera herramienta para la comunicación y se transforma en clave para entender la propia identidad. Y, como es natural suponer, eso hace que su apropiación genere polémicas (por ejemplo si la defensa de un idioma regional es o no funcional a la globalización) y motive por ende discusiones de soberanía. Para abordar estos temas, Futuro eligió algunos fragmentos del Café Científico en el que Rosalía Vofchuk y Elvira Arnoux, lingüistas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, dejaron claro que referirse al origen del lenguaje es ya una reflexión sobre el lenguaje.
Por Martín De Ambrosio
En todas las culturas los
mitos acerca del origen del lenguaje proliferan tanto como los diluvios y los
dioses. Y en cierto modo es natural que así sea porque es ciertamente
difícil imaginar una cultura sin lenguaje; simplemente por la razón
de que la cultura implica comunicación y comunicación implica
lenguaje. Al menos por lo que se conoce. (La ciencia ficción no se ha
privado de imaginar comunicaciones psíquicas, eliminando las molestas
palabras.)
Otra característica notable de los lenguajes es que son sentidos como
patrimonio de los pueblos, y suele entenderse que cuando se vulnera la palabra
se está violando mucho más que una simple herramienta que sirve
para que lo que uno dice sea comprendido. Sin embargo, el lenguaje, como “cosa
dinámica”, como cosa “viva”, no es algo que esté
asentado de una vez y para siempre. Como el ser heraclíteo, fluye, fluye
como el río de las cosas.
Sobre estas y otras cuestiones lingüísticas giró la charla
de Café Científico, organizada por el Planetario de la Ciudad
el martes pasado, en la que expusieron y respondieron preguntas del público
Rosalía Vofchuk, profesora de sánscrito e investigadora del Departamento
de Lenguas y Literatura Clásica, y Elvira N. de Arnoux, investigadora
del Conicet y directora del Instituto de Lingüística, ambas profesoras
de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. El próximo Café
Científico será el 20 de agosto y el tema será “¿Son
confiables los expertos?”
El lenguaje de El Libro
Elvira Arnoux:
El tema de este Café Científico es muy ambicioso: “El origen
del lenguaje. De Babel a la actualidad” es casi el universo entero... Quiero
destacar que toda reflexión sobre el origen del lenguaje es una reflexión
sobre qué es el lenguaje. Y ya que se habla de Babel voy a recuperar
ciertas ideas del texto bíblico en el que aparecen características
del lenguaje ciertamente persistentes, incluso en algunas ideas actuales que
se tienen sobre el lenguaje. Ustedes saben que la Biblia es una fuente que en
buena medida constituye nuestro imaginario. Desde aquel primigenio “En
el principio fue el Verbo” que muestra las notables potencialidades del
lenguaje. El fragmento más citado al respecto, sobre la torre de Babel,
empieza (cita) “toda la tierra tenía un solo lenguaje y unas mismas
palabras”, ya allí aparece como un ideal eso de tener un lenguaje
único, compartido, de todos.
Sigue la Biblia: “Dijeron los hombres: vamos a edificarnos una ciudad y
una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo”. Acá se evidencia
la voluntad de ser reconocidos –famosos, dice– con esa torre alta.
La cuestión es que Dios bajó y los dispersó por soberbios,
que querían destacarse y ser poderosos con su lengua única (vean
de paso la relación que se plantea entre lenguaje y poder). Y cuando
los dispersa, Dios les infunde tal confusión que ya no pueden entenderse
entre sí, con lenguajes distintos y ya no pudieron edificar esas ciudades.
Aparece así en este fragmento tanto el ideal de una lengua única,
la relación entre el lenguaje y la cultura material (porque se entendían
pudieron hacer esa torre), el lenguaje como aspecto importante en la construcción
de identidades; y el plurilingüismo como resultado del castigo divino.
También se pueden hacer comentarios interesantes si tomamos la traducciónde
la Biblia que hizo el movimiento tercermundista y la Teología de la Liberación,
que es conocida como la “Biblia latinoamericana”. Y fíjense
que este mismo fragmento dice: “Levantaron un rascacielos”; y ya la
referencia al poder es casi directa, casi no hacen falta más comentarios.
La lengua de la razon
Arnoux (continúa):
Si hacemos ahora un salto imaginario al siglo XVIII encontramos representaciones
parecidas. Los pensadores que he elegido son Condillac y Rousseau. Condillac
empieza descartando la idea del origen divino del lenguaje y sostiene que es
una invención del hombre, generada por sus necesidades, y habla de distintas
etapas del desarrollo del lenguaje. Primero hay un lenguaje de acción,
luego se desarrolla un lenguaje de sonidos articulados, cuyo perfeccionamiento
garantiza las culturas más desarrolladas. Siempre tomando como referencia
lo que no somos, a los otros animales. Condillac afirma que la diferencia principal
entre el hombre y los animales es la creación de signos artificiales,
enfundados en la razón (Condillac vivía con ese optimismo propio
del Siglo de las Luces). Dice, interesantemente, que por medio del lenguaje
el hombre puede hacer sucesivo algo que se le presenta a su espíritu
como simultáneo; y le permite el pensamiento.
El otro pensador al que me quería referir es Jean-Jacques Rousseau, que
escribió un ensayo sobre el origen de las lenguas. Como Condillac, afirma
que el lenguaje es lo que diferencia al hombre de los animales, pero con una
nueva sensibilidad romántica, ya esbozada en el siglo XVIII, Rousseau
despliega toda la dimensión afectiva y emotiva del lenguaje al decir
que en realidad el lenguaje no se origina por necesidades biológicas
sino por necesidad de expresar sus emociones. Cito: “No es el hambre ni
la sed, sino el amor, el odio, la piedad, la cólera que han arrancado
las primeras voces. Los frutos no se resisten a nuestras manos, podemos alimentarnos
sin hablar, perseguimos en silencio la presa que queremos alcanzar, pero para
emocionar a un joven corazón, para rechazar una agresión injusta
la naturaleza dicta acentos, gritos, lamentos. He aquí las más
antiguas palabras pronunciadas. A esto se debe que las primeras lenguas fueran
armoniosas y apasionadas antes que simples y metódicas”. Noten la
diferencia valorativa con Condillac, cómo aparece también el mundo
de los afectos vinculados al lenguaje.
La lengua de los hindues
Rosalía
Vofchuk: El tema del lenguaje es muy amplio, y puede tratarse de distintos modos.
Por eso es que voy a hacer un recorte y referirme apenas a un caso. Como hablante
del español, he elegido a las reflexiones sobre el lenguaje más
antiguo que el conocimiento científico permite rescatar dentro de nuestro
familia lingüística, la indoeuropea. De esta rama, la lengua que
está más documentada es el hitita, gracias a tablillas de escritura
cuneiforme del 1700 a C., con contenidos jurídicos, históricos
y religiosos. Otra rama bastante documentada del segundo milenio es la indoirania,
a la que pertenece el védico. El védico es la modalidad que presenta
el indio antiguo y es del que más se conoce de la familia indoeuropea.
La cuestión es que los sabios vedas dejaron muchas enseñanzas
sobre el lenguaje, y era lógico porque a través de las palabras
los hombres se comunicaban con los dioses, sea para la oración o para
aplacar sus iras. Además de su valor como transmisión del conocimiento.
La Shruti es, justamente, el fundamento último de la concepción
védica. La Shruti es lo escuchado directamente por los sabios de lo dicho
por los dioses; Shru es escuchar, es revelar lo sagrado a través de la
oralidad. Y por eso se podría decir, entonces, que la India no tiene
la Sagrada Escritura, sino la Sagrada Audición. Hay que destacar que
en el surgimiento de las ciencias del lenguaje los vedas cumplen un doble rol:
como los signos debían pronunciarse a la perfección para que tuvieran
efecto en su comunicación con los dioses, tenían un especial cuidado
en la fonética, que desarrollaron notablemente. Hasta tal punto que,
en los procesos de brujería, bastaba con romper un par de incisivos de
los brujos para asegurar la deficiencia de la pronunciación y anular
todo efecto que pudiera tener.
La lengua de politicos
y escritores
Arnoux: Otra
representación que aparece en los problemas políticos lingüísticos
contemporáneos es la importancia de las lenguas en la construcción
identitaria. Creo que ya lo decía antes: los Estados nacionales se desarrollaron,
entre otros medios, a través de la imposición en su territorio
de un idioma particular. La identidad nacional se asoció a la identidad
lingüística; muchas veces había en los territorios más
de una lengua, pero se consideró que “la nación” debía
tener sólo una que lo identificara. Por otro lado, han aparecido intenciones
de realizar reformas ortográficas, es decir, la idea de que sobre la
ortografía se puede actuar, de que se puede simplificarla para que la
lengua se expanda. No sé si recuerdan las propuestas de García
Márquez cuando lanzó ese grito en contra de la ortografía.
En realidad lo que estaba afirmando era la necesidad del idioma español
de expandirse, y hay ciertas reglas ortográficas que son inútiles
y que hay que superar porque la expansión de nuestro propio idioma lo
exige. Y también hay un manifiesto muy interesante de un grupo de lingüistas
franceses que dicen que si el idioma francés sigue con esas reglas ortográficas
va a ser indefectiblemente una lengua secundaria en Europa: para expandirla
se necesita también simplificarla.
El lenguaje de las preguntas
–¿Cuál
es la diferencia cualitativa entre el lenguaje humano y el de cualquier otra
especie animal?
Arnoux: Un elemento es la capacidad de analizar el pensamiento. Fíjense
que cuando los antropólogos se preguntan “¿por qué
hay pensamiento?” señalan que el hombre, en la medida en que comienza
a desarrollar instrumentos, necesita lenguaje para comunicarse con los otros
hombres, y lenguaje para pensar.
–¿La simplificación de la ortografía no haría
perder un hilo histórico de representación y de lenguaje?
Arnoux: Es un punto importante, en la medida en que, como dije, esa representación
escrita también forma parte de la identidad construida. Cada letra está
vinculada con la representación que tenemos del conjunto de la lengua,
y es por eso que no se pueden producir grandes reformas, que los usuarios rechazarían
si son muy radicalizadas. En el siglo XIX, Sarmiento propuso una simplificación
que aún no se ha llevado a cabo, que, por ejemplo, radicaba en no usar
una letra distinta para el mismo sonido de “jefe” y “gente”;
no usar siempre la misma fórmula. Esta idea sarmientina dio origen a
muchas polémicas, sobre todo con un español que vivía en
Chile que dice sentirse agredido por estas ideas y que termina diciendo que
en cada letra reconocemos algo de nosotros.
–¿Hubo alguna vez una lengua única?
Arnoux: No se sabe con exactitud, son todas hipótesis. Como hemos visto,
tenemos un texto no científico, como La Biblia. No se sabe, entre otras
cosas, porque todavía se están buscando cuáles fueron los
primeros asentamientos del hombre, dónde se ubicó, aunque todo
indica que fue en Africa. Se hicieron algunas reconstrucciones, yendo hacia
atrás en el tiempo, como la del idioma llamado “protomundo”,
pero es pura conjetura.
Vofchuk: Aunque es de suponer que, si hubo una población única,
esa población haya tenido también un idioma único, pero
son sólo conjeturas.
El lenguaje del cerebro
–Si el
estudio de nuestro cerebro indica que tenemos un solo centro del habla en la
corteza cerebral, ¿cómo podemos explicar que se hayan diversificado
tanto las fonéticas?
Arnoux: En realidad, la diversidad se da porque tenemos la capacidad de desarrollar
un sistema de signos y de utilizarlo para la comunicación. ¿Cuáles
fueron las primeras palabras? No lo sabemos, aunque podemos suponer que estuvieron
dirigidas a designar emociones, eran gritos que comenzaron por analogía,
semejanza o metonimia a designar objetos que estimulaban esas emociones. Nuevamente,
son hipótesis que deberán comprobarse con el tiempo.
–Se habla mucho de identidad, pero curiosamente no se dijo nada de los
idiomas nativos de Argentina, que están tratando de sobrevivir a duras
penas.
Arnoux: Sí, fíjense que la desaparición de lenguas se ha
dado muchas veces en la historia de la humanidad. Han desaparecido muchísimas,
a la vez que se han consolidado otras. Y nuestras lenguas aborígenes
empezaron a desaparecer con la construcción de nuestro Estado nacional,
que tenía la idea de “un Estado, una nación, una lengua”
que era común en la época. A medida que se avanzaba en la frontera
agrícola se iban integrando las distintas poblaciones; y en este caso
“integrar” significa “castellanizar”. En el caso latinoamericano
una serie de lenguas permanecieron, pero son las propias de gente que vivía
en zonas que no estaban integradas económicamente. En la actualidad,
el proceso de globalización genera por un lado la erosión de los
Estados nacionales y por otro el cuestionamiento de esas fronteras y de la legitimidad
de esa concepción de la homogeneidad lingüística. ¿Qué
políticas tener al respecto? Bueno, por ejemplo, si para nosotros el
Mercosur no es un simple mercado cautivo para que los poderosos hagan sus negocios,
entonces el guaraní es una cuestión central a ser defendida, porque
el guaraní vincula a Argentina, Paraguay y Brasil. Pero vean que la identidad
es construida, y lo que se construye por lo general es mezcla, de modo que también
tenemos elementos de la cultura aborigen, y no sólo de la cultura europea.
–La lucha por las lenguas locales, que en general se presenta como modo
de defenderse de la globalización ¿en realidad son herramientas
de la globalización?
Arnoux: Fíjense que incluso no toda la defensa de lenguas minoritarias
aparece como una defensa progresista: puede no serlo. En Cataluña, por
ejemplo, el catalán es la lengua de la nobleza catalana, y los sectores
trabajadores y desocupados hablan el castellano. La defensa del catalán
es, de alguna manera, la defensa de una lengua que representa a un sector social
que puede ejercer una opresión sobre los otros. De modo que son temas
tan complejos que las generalizaciones a veces pueden parecer absurdas; pero
podemos conjeturar acerca de las razones políticas que llevan a que se
plantee esto ahora.
–¿Cómo nos podríamos preparar ante la mutilación
del lenguaje que se suele hacer, especialmente entre los jóvenes? A veces
me espanta, porque no termino de entender qué es lo que me quieren decir.
Arnoux: Yo creo que es un fenómeno que no nos tiene que asustar porque
es un fenómeno común. Es también lo que se planteaba en
otra pregunta respecto de la diversidad; hay que ir reconociéndose y
reconociendo espacios, aunque muchas de esas formas son efímeras. Lo
mismo es el excesivo temor ante los préstamos que se hacen del inglés,
algunos son castellanizados y otros simplemente desaparecen. Pero por ahora
no se preocupen porque el castellano es una lengua muy sólida, muy fuerte
en el contexto mundial.
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