El sexo de las lagartijas
(controversias sobre la evolución de la sexualidad)
Ambrosio García Leal
Metatemas Tusquets, 213 páginas

“La prevalencia de la reproducción sexual entre las formas de vida pluricelulares sigue turbando a los evolucionistas porque su valor adaptativo no resulta evidente. De hecho, a primera vista, el sexo parece un mal negocio, ya que comporta inversiones y costes considerables con rendimientos inferiores a los de la clonación asexual.” En efecto, el sexo requiere una buena inversión de tiempo y energía en encontrar una pareja fiable, hay un costo genético (cada reproductor lega a su descendiente sólo la mitad de sus genes), entre otras dificultades y curiosos hechos que desafían el principio de economía. Entonces, ¿por qué la evolución optó por la reproducción sexual, y por qué la conservó si su rendimiento no es óptimo? El volumen de García Leal –aclarémoslo antes que nada– es un libro de biología teórica, un delicioso –y difícil– terreno, en el que los problemas como el que se registra más arriba están muy lejos de poder ser resueltos. Este carácter es importante de tener en cuenta, ya que lo aleja de la empiria (si bien flota sobre miríadas de ejemplos) y zigzaguea entre las diferentes estrategias reproductivas y sus resultados generales, la genética de poblaciones y su conflicto con el darwinismo ultraortodoxo (que no acepta la selección grupal, y es una de las razones por las cuales la reproducción sexual, para estos fundamentalistas –si cabe la palabra– es una seria paradoja). No es fácil de leer; García Leal no ahorra tecnicismos (y en verdad no hay otra manera de abordar estos problemas), y requiere una cierta formación, o información, en el terreno de la biología, y algo de familiaridad con la biología teórica. Dificultades de este tipo aparte, El sexo de las lagartijas, al revés que el tema que trata, resulta una excelente inversión de tiempo y energía. Leonardo Moledo