La ciudad romana de Pompeya, ubicada en la bahía de Nápoles, Italia, se arruinó y quedó enterrada bajo gruesas capas de ceniza durante una erupción del volcán Vesubio en el año 79 a. C. Muchas de las personas enterradas bajo las cenizas murieron por la caída de edificios o por respirar gases venenosos. La ciudad fue descubierta y excavada entre los siglos XVIII y XIX, y fueron encontrados restos de más de mil víctimas. Los moldes de yeso de los vacíos que dejan en las cenizas por los cuerpos muestran sus poses y, con algo de suerte, a veces son lo suficientemente detallados como para mostrar expresiones faciales en el momento de la muerte. Como muestra la imagen, al momento de ser afectada por la erupción, esta persona se encontraba en una posición de cuclillas, sosteniendo sus manos sobre la nariz y la boca.