Quince mil años atrás, el territorio que ocupa la Argentina en la actualidad era muy diferente. Los cambios importantes por los que acababa de pasar lo habrían vuelto extraño para nuestros ojos. Estaba abandonando el clima helado de las glaciaciones. Una época de tanto frío que el agua del mundo se acumulaba en glaciares inmensos, al grado de que el río que conocemos como el más ancho del mundo, el Río de la Plata, era apenas un hilillo de agua recostado sobre la costa uruguaya.

Buenos Aires distaba de ser una pampa rica como en la actualidad, era algo más parecido a la estepa que hoy caracteriza a la Patagonia, si bien un poco más fría y con animales descomunales: la llamada megafauna.

Un ejemplo de ellos era el megaterio, un perezoso gigante que podía alcanzar los seis metros de altura cuando se paraba en dos patas. O el tigre dientes de sable, uno de los felinos más grandes que caminó sobre este planeta. Había osos de dos metros de largo, que compartían la zona con los extraños gliptodontes, una especie de armadillos gigantes que llegaban a medir tres metros de largo y un metro y medio de altura. También podríamos ver tortugas gigantes como las de las Galápagos; caballos pequeños y los inmensos stegomastodontes, parientes lejanos del elefante actual que alcanzaban los tres metros de altura.

Pero todos esos animales eran característicos de la época fría que se estaba abandonando, en el período que elegimos para este relato. Quince mil años atrás el clima estaba volviéndose más cálido, y con el calor llegaron otros animales a la región, entre ellos uno de lo más extraño para ese ecosistema. Un depredador nuevo que enseguida se ubicó en lo alto de la cadena alimentaria: el hombre.

El hombre al que hacemos referencia es el humano actual, el Homo sapiens. Especie que había aparecido unos doscientos mil años atrás en Africa. Desde allí comenzó a expandirse por el mundo hacía unos sesenta mil años. Esa ola expansiva habría llegado hasta el Sudeste asiático y desde allí habría poblado Australia hace unos 40 mil años, y el extremo este de Asia. Y desde allí habrían entrado en el continente americano, hace al menos unos 30 mil años.

LOS PRIMEROS Y LOS ULTIMOS

Un estudio publicado recientemente en el American Journal of Physical Antrophology por el argentino Héctor Pucciarelli y colegas indicaría que los primeros pobladores de América, conocidos como paleoamericanos, eran parte de esa gran expansión inicial de nuestra especie que terminó en lo que hoy es Argentina hace unos 15 mil años, el momento que relatábamos al principio.

Los científicos buscaban probar la existencia de dos grupos bien diferenciados entre los primeros colonizadores del continente americano. Analizaron cráneos antiguos de toda América, y los compararon con los de otras partes del mundo. Estudiando cada detalle de la forma de las cabezas, como el ancho, el largo y la altura de la bóveda craneal, pudieron identificar dos grupos que no sólo son distintos sino que pertenecen a épocas diferentes.

El más antiguo, que era parte de esa primera expansión inicial de nuestra especie, tenía una forma similar a la de los indígenas australianos. Cráneos alargados, y con una bóveda craneal baja. Así fueron los primeros Homo sapiens, y así son los cráneos más antiguos encontrados en Argentina y el resto de América. Esta forma representaba una adaptación a climas cálidos como el que “acababa” de abandonar el H. sapiens en Africa.

Este grupo antiguo es conocido como paleoamericano, y se contrapone a otro representado por cráneos más recientes y que es llamado amerindio. Estos últimos presentan una forma más corta, y más abovedada. Una adaptación a climas fríos, el clima frío al que se adaptaron luego de vivir miles de años en el noreste asiático en plena época de glaciaciones.

Los paleoamericanos son el grupo que siguió adelante, con su adaptación a climas cálidos, y buscando ese tipo de ambientes entró en América. Mientras que los amerindios serían descendientes de los que se quedaron atrás en Asia, adaptándose al frío extremo de la región.

LAS CALAVERAS QUE HABLAN

Los paleoamericanos fueron los primeros en llegar a América y a la Argentina. Ocuparon algunas zonas de nuestro actual territorio. Las de más fácil acceso, y que tenían mayores recursos. Luego, miles de años después, llegaron los amerindios, que los fueron reemplazando y a la vez ocuparon otros ambientes donde el hombre no había llegado todavía.

Pero, ¿cómo podemos saber por dónde y cuándo entraron los primeros humanos que poblaron nuestro país? ¿Y cuáles fueron las primeras zonas en ser pobladas? Son varias las fuentes que pueden darles información a los especialistas. La principal son los yacimientos arqueológicos. En ellos se encuentran restos de fogones, herramientas de piedra, huesos de animales con marcas de cortes, y por último los restos humanos en sí.

Como vimos, al estudiar y comparar la forma de esos restos óseos se puede conocer cómo eran, qué vida llevaban, qué antigüedad tenían, y de dónde venían. Las herramientas de piedra también aportan información, al relacionarlas con las de otros yacimientos y estudiar qué tipo de material se usaba y de dónde se podrían haber conseguido.

Con todo esto se puede construir un derrotero y marcar en el mapa de dónde vinieron, por dónde entraron y cómo fueron poblando el territorio.

LOS MAS ANTIGUOS

Con certeza se sabe que al menos hace 13 mil años había gente viviendo en lo que hoy es Argentina. Esa es la edad de los yacimientos arqueológicos más antiguos.

En provincia de Buenos Aires hay yacimientos con 11 mil y 10 mil años de antigüedad, como Arroyo Seco 2 y Paseo Otero 5. En Jujuy está Inca Cueva 4 con 10 mil años; con casi 11 mil Agua de la Cueva en Mendoza; Piedra Museo y Los Toldos, en Santa Cruz, tienen entre 13 y 12 mil años, y también 11 mil años para El Alto 3 en Córdoba.

Lo más aceptado por los especialistas es que el hombre llegó a América al menos hace 17.500 años, y que 4500 años después el continente estaba poblado desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Se cree que fue más una invasión que una colonización, como se puede ver en otras especies animales que invaden nichos ecológicos nuevos.

Incluso hay estudios de simulación por computadora que calculan que con sólo unos 150 individuos iniciales se podría haber poblado todo el continente en tan sólo 5000 años.

Como vimos en el estudio de Pucciarelli y colegas, esto podría haber ocurrido con el grupo más antiguo, los paleoamericanos, quienes fueron los primeros en ir conquistando los ambientes más benignos. Zonas como Centroamérica o el Amazonas habrían funcionado como centros de alta reproducción que permitían redirigir nuevas invasiones hacia otros nichos ecológicos.

EL ULTIMO BASTION

Una de las últimas regiones en ser colonizadas habría sido la actual Argentina. Estudios recientes de Mariana Fabra y colegas de la Universidad Nacional de Córdoba ayudan a formar el derrotero del poblamiento de Argentina.

Conocer todo lo que mencionábamos antes permite a los especialistas suponer que los primeros humanos tendrían que haber llegado al menos hace unos 15 mil años, y que habrían entrado por el noreste provenientes de la costa de lo que hoy es Brasil, o sea, que la puerta de entrada fueron las provincias de Misiones y Corrientes.

Fueron siguiendo la ruta menos costosa, una que cubriese las necesidades básicas. Zonas con planicies y ríos, tal vez persiguiendo a la megafauna de la época. La dirección de la invasión/colonización siguió por el litoral y la costa marítima de Buenos Aires hasta la Patagonia, y de allí a Tierra del Fuego. Desde las pampas de Buenos Aires y la Patagonia se habría abierto otra ruta hacia el noreste, poblando las Sierras Centrales de Córdoba, y la región de Cuyo.

Esta fue la primera “invasión” de los paleoamericanos. Luego vendrían los amerindios, que reemplazarían a los primeros americanos, excepto a los de la Patagonia, donde se cree que se mantuvieron casi sin mezcla los descendientes de los paleoamericanos.

En los cientos de años que duró el proceso de poblamiento, los grupos humanos sufrieron cambios en la organización social y en las tecnologías como resultado de la interacción con los distintos ecosistemas que fueron descubriendo, que con el paso de los siglos fueron formando las distintas culturas que los españoles encontrarían aquí en el siglo XIV.

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