El fin de semana pasado, el plenilunio coincidió con el perigeo, haciendo que nuestro satélite luciera un poco más grande y brillante de lo habitual. A continuación, compartimos imágenes propias, y contamos los sencillos detalles que explican este fenómeno no tan raro (y quizás exageradamente promocionado), pero de todos modos curioso.
› Por Mariano Ribas
El pasado fin de semana, la Luna estuvo en boca de todos. Y no por un eclipse total o parcial, sino más bien por un fenómeno relativamente menor. Algo que ocurre todos los años. O, para ser más precisos, cada 13 meses y medio, aproximadamente. Técnicamente, estamos hablando de una “Luna Llena en Perigeo”, aunque el fenómeno es mucho más conocido –y se entiende– como Súper Luna (curiosamente, este mote, de alto impacto, fue originalmente acuñado por un astrólogo, o sea, alguien que poco y nada sabe de la observación real del cielo. De hecho, no existen “observatorios astrológicos”).
Más allá de los términos, lo verdaderamente interesante son las razones del fenómeno: dado que la órbita lunar no es circular (como tampoco lo es la de ningún astro), sino marcadamente elíptica, la distancia Tierra-Luna varía constantemente, a lo largo de las cuatro semanas que demora nuestro satélite en completar su derrotero orbital. Si bien es cierto que se habla de una distancia media de 384 mil kilómetros, hay dos puntos orbitales extremos: el apogeo (unos 406 mil km) y el perigeo (unos 356 mil km). Son unos apreciables 50 mil kilómetros de diferencia.
Obviamente, cuando la Luna está en su apogeo, la vemos más chica que cuando está en perigeo. En números concretos: el diámetro aparente de la Luna (el tamaño que vemos en el cielo), en ambos casos, es de aproximadamente 29 y 33,5 minutos de arco, respectivamente. O sea, una respetable diferencia de 14-15 por ciento. Esto vale para cualquier fase lunar. Pero, lógicamente, es más notable cuando se trata de la Luna Llena (también conocida como “plenilunio”). Una cosa es una Luna Llena en apogeo, y otra, una Luna Llena en perigeo. En este último caso, no sólo se la ve un poco más grande, sino también un 25-30 por ciento más brillante. La Luna Llena en perigeo (o casi) ocurre una vez cada 13 meses y medio. La última vez había sido el 6 de mayo de 2012. Y hace casi una semana volvió a pasar: nuestra compañera alcanzó el plenilunio exactamente a las 8.32 de la mañana (hora argentina) del pasado domingo 23. Apenas unos 20 minutos después de pasar exactamente por el perigeo (cuando se ubicó a 356.991 kilómetros de la Tierra). Y por eso tanto la noche del sábado al domingo, como la noche del domingo al lunes, pudimos disfrutar de la Luna Llena más grande y brillante de 2013. No por mucha diferencia, es cierto. Especialmente para el observador casual. Pero objetivamente así fue. Lamentablemente, las nubes estropearon el show en la noche del sábado. Y casi vuelven a arruinarlo todo en la noche del domingo. Casi: poco antes de la medianoche, el cielo se abrió lo suficiente como para dejarnos ver a la “Súper Luna Llena”. Aquí está la imagen que pudimos tomar –en nuestro observatorio del barrio de Boedo– con un telescopio. Y también esta otra foto que muestra a la Luna –más o menos como se veía a simple vista– y a ese mismo telescopio que la espiaba de cerca.
La próxima Luna Llena en perigeo ocurrirá el 10 de agosto de 2014. Pero unos cuantos meses antes, podremos disfrutar de un fenómeno mucho más raro e interesante: un eclipse total de Luna. Pero no nos apuremos, porque ésa ya es otra historia...
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