Afortunadamente, no se trata de otro “libro de Internet”.
A pesar de su título, Actividades de ciencias... podría funcionar a la perfección en una sociedad en la que esa falsa panacea llamada internet no existiera. Pensada como inteligente ayuda para docentes de Ciencias Sociales del EGB, la reciente obra de Spiegel y Bajarlía parte de cuentos y fábulas que sirven para que los chicos reflexionen y realicen actividades prácticas en las escuelas (esas instituciones educativas que solían existir en un país que solía llamarse Argentina).
En ese sentido, internet “sólo” sirve para aplicar los conocimientos adquiridos y, de paso, convertir en azarosos los saberes: como en un incierto laberinto, en internet uno sabe dónde arranca pero difícilmente sepa dónde termina. Como sostienen sus autores, especialistas en pedagogía, no hay oposición entre la “cultura internet” y la “cultura librística”; internet es una herramienta y la idea siempre es que los chicos se queden con ganas de seguir leyendo... LIBROS. M.D.A.