–Bueno –dijo el Comisario Inspector–. Creo que nos vamos acercando al meollo de la cuestión. En general los lectores están de acuerdo con que el atributo “existente”, por una u otra razón, no se le puede aplicar, desde el vamos, a los unicornios, o al conjunto de los unicornios.

Sin embargo, el hecho encierra desde el vamos una contradicción: ¿cómo sabe uno si el atributo existente es aplicable o no? El argumento: el atributo existente no es aplicable a x no funciona, porque primero tengo que saber si x es existente... lo cual implica, desde ya, saber si el atributo existente se le puede aplicar o no.

O dicho de otra manera, lo que los lectores están argumentando es que el atributo “existente” sólo se puede aplicar a las cosas existentes, lo cual desde ya era verdad, pero es una verdad analítica que no dice nada sobre el mundo.

Juan Adolfo Goldín Pagés trata de resolver el problema recurriendo a las clases o los tipos de Russell... pero bueno, eso lo dejaremos para otra vez. Ahora lo que les propongo a los lectores como enigma es el siguiente: ¿qué significa para ellos el atributo “existente”? Les pido un instante de reflexión sobre el problema.

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿A alguien se le ocurre algo?

Correo de lectores

El unicornio sin atributos

No es que “existente” no sea un atributo, sino que es un atributo de atributos o el atributo de una clase, por cierto no de la clase de los unicornios, lamentablemente vacía y, por ello, carente de dicho atributo. Luego de escribir esto, si aceptamos esta concepción de existencia, me pregunto qué significa “Yo existo”... (otro enigma).
Juan Adolfo Goldín Pagés

Los unicornios existen. Viven a nuestro alrededor. No sé cuántos son. Pero existen. Aunque muchas veces no podamos verlos. Aunque no querramos. Porque a veces nos negamos a verlos. Por miedo. Miedo a descubrir en ellos que nosotros mismos también somos unicornios. Como mi tía Eduviges (aunque ella ya no es más un unicornio: su marido la ha convertido en un multicornio).
Eduardo Romano

Respuesta a Julieta Pinasco: Los Comisarios Inspectores no existen: son los padres.
Carlos Iorio.
(Ya ve, Comisario Inspector, que puedo ser breve.)