FINAL DE JUEGO
Donde el Comisario Inspector tiende una analogía entre la mecánica cuántica y el dinero
› Por Leonardo Moledo
–Una apostilla sobre Mr. Amis. Quiero comentar algo de su literatura. Yo leí La información, que me pareció bastante bueno, traté infructuosamente de leer Campos de Londres, miré Agua no sé cuánto, que no me interesó en absoluto, y leí, y recomiendo a los lectores entusiastamente, El tren de la noche, una novelita policial magnífica, que se vende por la Av. Corrientes a algún precio irrisorio.
–Llegan muchas cartas sobre las papeleras –dijo Kuhn– uno se pregunta hasta qué punto el tema de la contaminación...
–Ocurre que nos estamos quedando sin tema –dijo el Comisario Inspector–, estamos en uno de esos momentos, que muchas veces se encuentran en las novelas, o en la música, en que los instrumentos se sumergen en algo así como el vacío, esperando el próximo impulso.
–Sí –dijo Kuhn– frasean.....
–A propósito –dijo el Comisario Inspector– el otro día estaba pensando en la mecánica cuántica y se me ocurrió una analogía curiosa. Como todo el mundo sabe, dentro del ámbito cuántico, los objetos participan de una naturaleza dual, son a la vez ondas y partículas; son ondas continuas cuando viajan y partículas, naturalmente discretas, cuando son observados y colapsa la función de onda.
–¿Y cuál es la analogía? –preguntó Kuhn.
–Con el dinero. Cuando uno tiene un depósito bancario, en ese depósito puede tener cualquier cantidad de dinero, y que la cantidad de dinero en el depósito es un número real; yo puedo tener pi pesos, o cualquier número. Pero, cuando hago una transacción efectiva tengo que pagar con monedas o billetes, con las monedas y billetes realmente existentes, y no puedo pagar cualquier cantidad sino solamente cantidades discretas.
–Interesante –dijo Kuhn–. Es cuestión de pensarlo.
–Y hay algo más que estuve pensando sobre lo continuo y lo discreto, pero que dejamos para el sábado que viene.
¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Les gusta la analogía? ¿Y qué piensan de lo continuo y lo discreto?
Polemica
Me permito terciar en la polémica sobre la mejor o peor justicia en diversos regímenes. Sin más aspiración que, con mi aporte, promover una profundización en el nivel del debate, me permito recordar que, en todos los regímenes autoproclamados “revolucionarios” (y tanto el stalinismo como el nazismo y fascismo lo hicieron), existieron siempre, paralelamente al aparato judicial que se ocupa de los asuntos penales, civiles, etc., ordinarios, una privación absoluta de justicia para los considerados enemigos del régimen (...). También mucho antes, en la Revolución Francesa, existió El Terror, que empezó justificándose a sí mismo por la necesidad de salvaguardar las incipientes instituciones revolucionarias y terminó devorando a los mejores hijos de la revolución. Pero recordemos que en el zarismo, si bien, tal vez por no concebirse a sí mismo un régimen revolucionario sino conservador de las tradiciones de la vieja Rusia, la Justicia fue relativamente más tolerante para con los opositores al régimen, existían otras brutales formas de privación de justicia para con otras minorías, equiparable al más rancio terrorismo de Estado, que funcionaban “a full”, tal vez por ser más funcionales a las necesidades de control social de ese régimen (el zarista): recordemos, simplemente, el trágico ejemplo de los “pogroms”.
Carlos Enrique Iorio
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