FINAL DE JUEGO
› Por Leonardo Moledo
–Me encantó la carta de Claudio Sánchez –dijo el Comisario Inspector– porque pone algunos tildes sobre las eñes, y espero que dé lugar a una polémica. Lo que no entiendo es eso de “el Comisario o el director de la sección”. Verdaderamente, no tenía idea de que esta sección tuviera un director.
–Y no lo debe tener –dijo Kuhn–, porque de alguna manera anda al garete, y se pasa de los asesinatos a los conceptos, de los números a las letras y así, sin orden ni sentido.
–Tal vez –dijo el Comisario Inspector–, pero en todo caso no creo que sea por la falta de director sino porque el mundo carece de orden y sentido.
–Pero la policía no puede sostener que el mundo es un gigantesco absurdo sin orden –dijo Kuhn.
–Justamente –dijo el Comisario Inspector –, la policía es, probablemente, la única que lo sabe, junto a ciertos filósofos, y por eso regula la metafísica del mundo... aunque, volviendo a la sección que obviamente no tiene director, cosa que jamás admitiría, a veces sí, me parece que es un continuo divagar, pero a veces pienso que sí, que tiene un orden y un sentido profundos; creo que tiene un sentido, un sentido profundo, que yo mismo no entiendo...
–Mmmm.... –dijo Kuhn–, ¿por qué no se lo preguntamos a los lectores?
¿Qué piensan nuestros lectores? ¿La sección tiene un director o no? ¿Y tiene algún sentido profundo “que el mismo Comisario Inspector no entiende”?
Comparto la inquietud del Comisario Inspector acerca de la carta del lector Carlos Hoogen. En primer lugar, parece caer en el absurdo lacaniano (perdón por la redundancia) de pensar que una cosa no existe hasta que no se crea una palabra para designarla. Como la palabra asesino tiene menos de mil años de existencia, antes de eso no había asesinos. La carta también mezcla mito con realidad, al decir que el primer asesinato fue el del padre, aludiendo a la leyenda freudiana de la horda primitiva. Si nos vamos a basar en mitologías, según la Biblia el primer asesinato fue el del hermano (Caín a Abel). Pero supongo que al Comisario (o al director de la sección) le preocupa que alguien emplee tantas palabras teniendo tan poco espacio en la página para publicar cartas de lectores.
Claudio H. Sánchez
Quería con esta carta contestar al acertijo planteado por el Comisario Inspector y Kuhn. Primero, una aclaración: para nuestro sistema, “asesinar” es un homicidio agravado y consiste en matar a otro por precio o promesa remuneratoria, por lo cual la definición que da el diccionario de la Real Academia no se ajustaría estrictamente a nuestro concepto, sino que refiere a distintos modos comisivos de la acción de “matar”, que en algunos casos constituyen otras especies de homicidios agravados (como es el caso de la alevosía, la premeditación –por el contrario– no es un agravante en nuestro derecho penal).
En lo que respecta al acertijo, no hay ninguna duda de que quien ejecuta una pena de muerte –sin entrar a analizar las cuestiones filosóficas y de política criminal que la misma implica– desde el punto de vista estrictodel derecho penal comete un homicidio: realiza la conducta descripta en la ley (“mata a otro”) y tiene la intención –basada en el conocimiento de los elementos de la figura– de quitarle la vida a otro. Ese sería el tipo básico (homicidio simple, art. 79 CP). Amén de esta primera aproximación, considero que sería un caso de homicidio doblemente agravado: por alevosía (el verdugo actúa sobre seguro y sin riesgo para el agente) y recibe una paga por cumplir con su cometido (precio o promesa remuneratoria) –art. 80 incs. 2 y 3 CP, respectivamente–.
Por lo que, respondiendo al acertijo, el verdugo comete un delito cuando ejecuta la pena capital y “asesina” –en el sentido previamente explicitado–.
Dra. María Susana Ciruzzi
Doctora en Derecho de UBA
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux