Sáb 02.10.2004
futuro

FINAL DE JUEGO › DONDE EL COMISARIO INSPECTOR DESEA AFANOSAMENTE VISITAR LA NADA Y SE PROPONE UN ENIGMA CON DIEZ DESEOS

Final de juego

› Por Leonardo Moledo

Volaba el coche hacia donde había sido asesinada la lógica, truco que el Comisario Inspector no dejaba de advertir. “¡Asesinar a la lógica!”, decía, “¿qué importancia puede tener? ¡Como si no la asesinaran continuamente! Sólo la policía la respeta”. Kuhn no decía nada, y el Comisario Inspector seguía fantaseando: me gustaría viajar al centro de la nada, y salir de allí ex nihilo.
–Como los egipcios ex Nilo –dijo Kuhn, retomando el juego de palabras del sábado pasado.
–En realidad –dijo el Comisario Inspector– el viaje hacia la nada me lo imagino en tren, a través de un desierto monótono y apacible, como el desierto de Gobi, o el desierto patagónico, rodeado de gente que habla de literatura fantástica, porque la literatura fantástica es la preferida de la policía. No lo es la literatura policial, como todo el mundo cree. La policía es fantasía pura, se mueve en esa delgada línea que separa la literatura fantástica de la ciencia ficción. Y me gustaría recorrer los pueblos de la Nada, averiguar cómo vive la gente de la Nada, y cómo es el viento que sopla en la Nada. Hubiera deseado hacer el viaje que se cuenta en la nota de arriba... –suspiró– Pero está visto que a la policía la discriminan, y estoy seguro de que ningún policía viajó en ese tren.
–Es probable –dijo Kuhn– aunque no me extrañaría que hubiera viajado algún filósofo. Pero por lo menos, fuimos mencionados en una de las mesas redondas. Se habló de la lógica muerta, de los cintíficos asesinados, de la fábrica de fósiles pero no como un problema policial, sino como un problema filosófico. Y no solamente, sino que fue incluso discutido en una mesa, esta vez de café, por Raquel Jaduszliwer, Any Shua, Leonardo Moledo, Bebe Kamín y Silvio Fabricante.
–Ahí está la confusión –dijo el Comisario Inspector–. La gente, y en especial los autores de literatura fantástica, consideran que la filosofía (sobre todo la del futuro) y la policía no tienen nada que ver. ¡Y así anda la literatura fantástica!
Pero ya se acercaban al lugar del asesinato, y el Comisario Inspector se apresuró a plantear el enigma:
Ahora hablemos de diez deseos. El primero es que se cumple el segundo, el segundo es que no se cumpla el tercero, el tercero es que se cumpla el cuarto, y así.
Los deseos impares son que se cumpla el que sigue, y los pares que no se cumpla el que sigue. ¿Es posible que se cumplan todos?

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Es posible? ¿Y que piensan del viaje del Comisario Inspector a la Nada?

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