Estimado Kuhn:
Le envío mi humilde respuesta a su interesante enigma.
Nuestro sistema para nombrar a los números está basado en el mismo sistema de numeración, es decir, en el decimal, con lo que la construcción de los nombres responde a la misma regla. Dicho esto, sería fácil averiguar el primero de una lista ordenada por orden alfabético creciente, inspeccionando los primeros diez nombres asignados a los diez primeros números.
Con A no hay ninguno, con B tampoco, con C sí: cuatro y cinco, con lo que el cinco sería el afortunado ganador.
Sin embargo, los primeros cinco nombres asignados a continuación del diez poseen características diferentes a todos los demás números compuestos por dos –o más— cifras. A resultas de esto, el catorce vence al cinco por escaso margen.
Sin embargo –sí, otra vez–, todavía se necesitan analizar otros nombres: los puestos a ciertos números de una cifra más que su anterior inmediato (diez, cien, mil, etc.). Como siempre, se utilizan combinaciones depalabras o prefijos para identificar a los diversos números, pero uno de estos prefijos usados admite dos posibilidades, y la elegida difiere de la raíz en la palabra original, cambiando una D por una B, haciendo que el primero de la lista resulte ser el billón.
Néstor S. Benítez