Distancia media al Sol: 2870 millones de km.

Período orbital: 84 años

Período de rotación: 17.2 horas

Diámetro ecuatorial: 51.120 km (4 veces el terrestre)

Masa: 8,7 x 1025 kg (14,5 masas terrestres)

Volumen: 64 veces el de la Tierra

Densidad: 1,6 gr/cm3

Estructura: núcleo rocoso, manto de “hielos”, y atmósfera. Temperatura media externa (atmósfera): -215ºC.

Inclinación del eje de rotación: 98º (“eje tumbado”)

Lunas: 27

Anillos: 13

Urano es el séptimo planeta a partir del Sol, y el tercero más grande, detrás de Júpiter y Saturno. Está casi 20 veces más lejos del Sol que la Tierra y tarda 84 años en completar su órbita. Sin dudas, la característica sobresaliente del planeta es la extrema inclinación de su eje de rotación, que prácticamente lo hace “rodar” sobre su plano orbital. La explicación más aceptada ante semejante anomalía es que en la infancia del Sistema Solar, el planeta fue brutalmente chocado por un objeto del tamaño de la Tierra, y ese impacto lo tumbó hacia un lado. Este exótico rasgo de Urano tiene curiosas consecuencias en la iluminación solar, y en las largas “estaciones” del planeta (ver artículo principal).

Según los modelos más aceptados, la anatomía de Urano se divide en tres partes: un núcleo rocoso de 5 a 10 mil kilómetros de diámetro; un grueso manto de agua, amoníaco y metano, formando una mezcla viscosa y caliente (más de 3000ºC) que los geólogos planetarios llaman, curiosamente, “hielos”; y finalmente, una atmósfera de miles de kilómetros de espesor, compuesta de hidrógeno (80 por ciento), helio (18 por ciento), metano (2 por ciento). El metano le da a Urano su suave color verde-azulado: este gas absorbe la luz rojiza y refleja al espacio la luz verde y azul. En términos de masa y volumen, el manto de “hielos” sería la parte más sustancial de Urano (el 80 por ciento de su masa). Y por eso, actualmente –y a diferencia de lo que ocurría hace unas décadas– se lo clasifica como un “gigante de hielo”. En eso se parece a Neptuno. Y se diferencia marcadamente de los tradicionales “gigantes gaseosos”, Júpiter y Saturno. De todos modos, Urano comparte varios rasgos con todos ellos: no tiene superficie sólida; está envuelto por una gruesísima atmósfera de hidrógeno y helio; tiene un fuerte campo magnético (que parece generarse en su fluido manto de “hielos”); y está rodeado por muchas lunas (27) y anillos.