–¿Tienen alguna otra particularidad los agujeros negros que usted estudia?
–Sí, son microcuásares. La idea la desarrollé a partir de 1992, cuando por primera vez introduje el término “microcuásar” que ahora está ya aceptado. La idea básica es que la física en los cuásares y en los microcuásares es básicamente la misma excepto que en un cuásar uno tiene un agujero negro supermasivo que acreta materia a partir del gas interestelar de la galaxia huésped y produce jets que puede llegar a tener emisiones de millones de años luz. Mientras que un microcuásar es unaversión en miniatura de esto pero con un agujero negro que es un remanente de una estrella masiva que acreta materia a partir de una estrella compañera. Pero toda la fenomenología es la misma.
–Es más artesanal...
–Es mucho más fácil de estudiar porque justamente la diferencia principal es que los fenómenos alrededor de un agujero negro, las escalas de longitud, de dimensión espacial y temporal son proporcionales a la masa del agujero negro. Entonces en el caso de un agujero negro de masa estelar nosotros podemos estudiar fenómenos en escalas humanas de tiempo. O sea, en una hora podemos estudiar la acreción y la eyección. Mientras que en un cuásar, el mismo fenómeno requiere miles de años de observación, años que no tenemos disponibles. Después del descubrimiento del primer microcuásar vino la confirmación, que al principio no aceptaban los astrónomos.