Una vez más, en los días previos al mediáticamente estelar Foro Social Mundial se llevaron adelante los Diálogos Feministas, que –aunque no gozaron de la misma atención– sirvieron para evaluar, debatir y trazar estrategias relacionadas con el mismo FSM y en vistas a Beijing+10 (que será entre el 28 de febrero y el 11 de marzo de este año). “Ha sido un espacio para aterrizar los grandes temas que las feministas compartimos con otros movimientos sociales, pero que no siempre se ven”, explicó la representante africana de Femnet Sara Longwe. Y es que, desde el inicio del FSM en 2001, fueron los movimientos de mujeres los responsables de ampliar la agenda más allá de los tópicos del neoliberalismo y la globalización corporativa: el fundamentalismo (actualmente uno de los grandes debates), el impacto del militarismo sobre las mujeres se tomó en cuenta por presión de las militantes, y el cruce entre estos dos temas y el neoliberalismo se realizó a instancias de debates feministas que instalaron la necesidad de visibilizar sus efectos sobre los cuerpos. Por otra parte, en el Primer Foro Mundial de Comunicaciones, periodistas, representantes de ONG y sindicalistas se preocuparon por los cruces entre género y tecnología. Mavic Cabrera, por ejemplo, de ISIS Manila, planteó una brecha específicamente femenina en el uso de las nuevas tecnologías: “La tecnofobia, o relaciones complicadas que tienen las mujeres con la tecnología porque desde su infancia no son motivadas a estudiar o trabajar con tecnologías; los costos elevados, frente al hecho de que las mujeres ganan menos que los hombres y tienen otras prioridades para invertir sus ingresos; los contenidos, que manejan una retórica de masculinización y cada vez más se transmiten en inglés”.
Este año, además, a los encuentros previos se sumó una novedad: el barco que las feministas anclaron en Rio Grande do Sul. “Unas veces estará anclado, lleno de mujeres realizando talleres; otras veces, en fiesta, cruzará el río –explicó la uruguaya Lucy Garrido–. Allí las mujeres diseñarán sus estrategias, por ejemplo, para participar en Beijing+10, las mujeres negras diseñarán sus acciones para continuar sus luchas, en fin, toda una serie de actividades durante los días de Foro. Navegar es un viaje que se hace con brújula, con mapas, con rumbo, y que requiere el trabajo articulado de mucha gente. Esto es para todas las mujeres.”