"Nena", "gorda" o "mami" le dijeron al 60 por ciento de las mujeres que fueron a parir y la mitad no se sintió contenida ni pudo manifestar sus dudas, miedos e inquietudes ni fue informada sobre el progreso del trabajo de parto de manera clara y sencilla y recibió oxitocina sintética –en la mayoría de los casos– sin pedido de autorización previa, según una encuesta sobre 1.040 mujeres que realizó el Observatorio de Violencia Obstétrica , impulsado por la organización Las Casildas, con respaldo del Consejo Nacional de las Mujeres. El 40 por ciento de las consultadas tuvo rotura artificial de bolsa (y la mayoría sin permiso anterior a la práctica) y en el 83 por ciento de los partos se aplicaron tactos vaginales. También ocho de cada diez parturientas no tuvo libertad de movimiento en el momento del parto y no fue consultada ni informada sobre las prácticas a realizar sobre el bebé.

El Primer Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO) se presentó, el martes 6 de octubre, a las 18 horas, en la Sala Hardoy del Museo Nacional del Cabildo, en Bolivar 65, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El OVO es una propuesta ciudadana y autogestiva centrada en: recolectar y sistematizar datos, realizar seguimiento a denuncias, monitorear políticas públicas y cumplimiento de leyes. Las Casildas se proponen construir una Red Nacional del Observatorio de Violencia Obstétrica para tener referentes en todo el país, lograr que se instrumentalice la encuesta en otras regiones y, de este modo, lograr que se escuche la voz de la mayor cantidad de mujeres posibles.

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