Vie 23.10.2015
las12

ALBúMINA

Amores para toda la vida

› Por Guadalupe Treibel

Aunque prometiera remover la causa -no así el síntoma-, el Dr. Frank-N-Furter continúa siendo fundamento y origen de amores hondos que, no conformes con cantarle loas a The Rocky Horror Picture Show, también lo encarnan en sus clásicas funciones de medianoche, repetidas a lo largo y ancho desde su estreno 40 años atrás (por cierto, feliz cumple). Clásicas funciones que, además de la proyección del film de mil amores (escrito por Richard O'Brien, dirigido por Jim Sharman), suma liturgia pagana y fans en disfraz que arengan coreografías, diálogos y… lluvia, ya sea en la piel de la dulce travesti de la Transilvania transexual, de Magenta, de Riff Raff, de Columbia, la blonda criatura Rocky, Eddie, Janet o Brad… Pues, conmovida por esta pasión que no afloja, una fotógrafa norteamericana se preguntó "¿Quiénes son estas personas anónimas que mantienen vivo el fenómeno?", "¿Quiénes han convertido a la cinta en la película que más tiempo ha estado en cartel en la historia del cine?", y salió a responder del modo que le era natural: con imágenes, retratando a las mujeres y hombres que cada semana recrean a su personaje camp favorito frente a un público enfervorizado que les agradece el papel picado, los gritos, el baile.

"Lo que me atrajo originalmente de esta subcultura no fue el film o las performances en vivo, sino el fanatismo que las acompaña en tanto concepto y práctica", explica Lauren Everett respecto a su serie (y consecuente libro) People Like Us: The Cult of The Rocky Horror Picture Show, donde reúne fotografías de los elencos underground de distintos puntos de Estados Unidos (Nueva York, Los Ángeles, Virginia, Texas…) en su cotidianeidad, en la intimidad de sus hogares. "Más que un distracción, para ellos es una religión", asegura el Huffington Post respecto a estos mega-fans, y para la artista, hay razones que explican tamaña devoción: "Las políticas sexuales progresistas del show crean una atmósfera de aceptación que sirve como un oasis para los jóvenes que se sienten desconectados de la cultura dominante". O bien: "La necesidad de expresarse creativamente y ser aceptados es tan vital para el ser humano, y estas personas han encontrado en el film un modo inusual e innovador para hacerlo. En el ínterin, han creado una cultura y una comunidad que se extienden por todo el país y más allá, sostenidas durante cuatro décadas. Ciertamente es muy inspirador". Sin lugar a dudas; lo cual, por supuesto, amerita un festejo. Let's do the Time Warp again, por favor. Es solo un salto a la izquierda y un paso a la derecha…

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