A modo de prólogo y comienzo arty de BAFWEEK en su edición con premisas para el verano 2017, el lunes 8 de agosto, el diseñador Juan Hernández Daels presentó atuendos concebidos con su particular modo de vestir y desvestir el cuerpo femenino según un protocolo de sogas y de lazos, y de algunos ruedos sin rematar urdidos con técnicas de alta costura. Un piso literalmente palaciego en el edificio de Avenida Libertador 2800 que en 1937 construyó el arquitecto Alejandro Bustillo y que se encuentra deshabitado hace treinta años, fue la locación perfecta para una colección denominada “Collapse” y cuyas premisas fueron los efectos estéticos de los edificios demolidos. Las modelos llevaban flores silvestres pegadas en el rostro cual maquillaje, mientras que similares y anacrónicas ramas de flores colgaban de los cielorrasos de cada uno de los ambientes del piso, donde desde bancos de madera añeja los invitados seguían la procesión de sedas, organza de seda y telas tecnológicas, al ritmo de los beats del dj Mascarpone. “En la actualidad todo es rápidamente reciclado industrialmente o considerado piezas de museo, anulando toda posibilidad de una nostalgia reflexiva”, señaló en el back del piso cuyas paredes descascaradas aludían a ciertos modismos de la clase alta porteña el diseñador que estudió moda en Bélgica y en la mítica Royal Academy of Arts, que supo trabajar en el mercado del lujo de Medio Oriente y en 2014 abrió una tienda en Recoleta.

Prologada por la performance de un virtuosa del cello, el martes al mediodía y en la zona lindante a su local de Patio Bullrich, la firma Mishka presentó su colección de vestidos túnica cortos y largos con rayas en matices de mostaza y negro, rosa dior y azul, kimonos mini y maxi con pictóricas variaciones del animal print, vestidos símil deshabillé o evasé plus, una chiquérrima versión del hot pant tan en boga en el próximo verano, pero trazado en seda y con galones de puntillas. El manifiesto de la temporada de Mishka remitió a “una expresión de pequeñas grandes prendas que no pasan de moda, que se diseñan y manufacturan para durar y donde la moda no es un disfraz sino una construcción de estilo”. Las modelos llevaban sandalias de tiras negras o crudo con hebillas de estética austera, despojadas de las plataformas de anteriores colecciones. Ingeniosas y bellas construcciones de charol con tacos de plexiglás, carteras símil portafolio en negro y crudo, recreaciones de canastas en cueros rígidos, clutches multicolores. El martes en la tarde y en la sala de la Rural, cautivó el debut en pasarela del diseñador Matías Hidalgo en el contexto de Pasarela BA, con una colección realizada con rescates de un rezago de textiles en formato 80 x 1. 20 y con estampas de foulards. Con banda sonora de Henry Mancini, maquillajes ricos en sombras azules y reversiones del rodete de los sixties, puso de manifiesto sus construcciones para la hora del cóctel. Las siluetas de Hidalgo, quien fuera artífice del “Ponchomono” -Premio Puro Diseño 2015- surgen de cruces entre las tipologías de las bomber jackets, los jumpers de colegio, las bermudas, tops símil túnicas con drapeados insólitos que aluden tanto a variaciones sobre la estética resort con variaciones psicodélicas sobre un textil africano, a composiciones de inspiración de la factoría Emilio Pucci, Muy lejos de emular siluetas del pasado, Hidalgo construye ingeniosas morfologías contemporáneas.”Estudié la morfología del pañuelo y sus recortes, en mis diseños el pañuelo se suelta y aparece drapeado en el cuerpo”, señaló el diseñador graduado en Indumentaria en la UBA, donde oficia de docente en Medios Expresivos.

También en la Rural, la diseñadora Emilse Benítez con su colección “Heroína”, dio clases de cultura rock sin los artificios del marketing a los que suele aludir la industria. Prologada por un corto de siluetas, rock, animé y leather, y musicalizado por Diego Tuñón, a quien Benítez acostumbra vestir en los shows de su banda, Babasónicos. En el comienzo, lencería femenina y bañadores negros que exaltaron los recursos del bondage que suele predicar Benítez para uso cotidiano, Con énfasis en atuendos masculinos,- pues suma seguidores devotos de la estética rock-, de camisas negras y blancas con transparencias a delantales para hombre que dejaban ver los cuerpos tatuados de los modelos, en la pasada final Luciana Marinissen se erigió como musa con un vestido negro gótico que resumió las máximas de moda de Benítez.

Mientras que al cierre, la firma Las Pepas resumió un ingenioso rescate de las tendencias del verano 2017, matizado con un estilo retro chic trazado por la diseñadora Eva Nowodworski. Una pasarela con luces de neones que recrearon tanto una chaqueta Perfecto, cuanto la entrada a un salón futurista, anticiparon las premisas de la colección. De referencias al rodeo -mediante camisas cowboy, glitter, bordados años 70, estampas florales-, al apartado Galáctico -que exaltó los metalizados- asomaron chaquetas, visos y camisas en color plata-. Irrumpió también una apuesta al rosa muy lejos de la estética Barbie, para en cambio venerar a los dibujos animé retro. Se destacaron además los accesorios -de carteras maxi a micromochilas- ornamentados con sutiles pompones.