En el Museo Larreta se exhiben, hasta el 2 de setiembre, trajes emblemáticos que 50 regiones de España diseñaron, prepararon y regalaron a Eva Perón. “El sol de tus perfecciones sin eclipse ni borrones”, reza una de las cintas de seda.
› Por Victoria Lescano
De España
para Eva Perón es la excusa perfecta para zambullirse en la melange
de bordados musulmanes, volantes de percal, atuendos escarlata con bordados
de azabache, infinitas mantillas y mantones y demás coordenadas del estilo
español. La colección que el Museo Larreta exhibe hasta el 2 de
setiembre incluye atuendos emblemáticos de 50 regiones de España
que ingresaron al vasto salón guardarropas de Eva (el mismo que incluyó
originales Dior, Henriette, Agostino o Jaumandreu y llegó a ser fotografiado
por Giselle Freund).
En la mansión del dandy Enrique Larreta uno de los nueve de la
Red de Museos y dueño del jardín más bello de la ciudad
en lugar de etiquetas con estampas de diseñadores de renombre los atuendos
llevan en su interior los nombres Palencia, Málaga, Segovia, Guadalajara,
Gerona, Huesca, Jaén y demás regiones. Sepan todos los obreros
de España que mientras en nuestros trigales haya una espiga, esa espiga
será repartida entre ellos en solidaria expresión de paz, de cristiandad
y de justicia social, proclamó Eva el 12 de junio del 47
en la Playa Mayor de Madrid, mientras un grupo de jóvenes le ofrendaba
canastos de mimbres que en su interior guardaban las ropas, joyas, zapatos y
lencería de su región en agradecimiento por las toneladas de trigo
que les envió el gobierno de Perón. El discurso ahora se puede
apreciar en un video en sinfín rescatado de un canal español.
Mientras las especialistas que pasaron años inventariando las piezas
que desde mediados de los noventa descansan en el depósito que respeta
las temperaturas y normas de conservaduría de atuendos (18 grados de
temperatura, 55 por ciento de humedad y envueltos en telas inertes), entre ellas
la jefa de investigación Gloria Ajid, forran maniquíes con guata
y vendas quirúrgicas. Teresa Dondo de Barcia, jefa de técnicas
museográficas acompaña en el recorrido y se refiere al contexto
de esa ofrenda del fashion español.
Fue cuando España estaba pobrísima como estamos ahora nosotros,
todos los países que se oponían a Franco le habían retirado
el respaldo económico. Eva fue recibida como una reina y los trajes se
adaptaron a su medida. Después de la revolución del 55 quedaron
incautados en el banco municipal (una sucursal del Ciudad en Flores) y por un
decreto del gobierno de Onganía ingresaron a este museo; aquí
permanecieron escondidos en un sótano del 67 al 73 y recién
se consideró oportuno exhibirlos cuando volvió la democracia.
No creemos que Eva los haya usado, aunque fueron adaptados a su medida,
desliza, aunque su teoría podría refutarse si una se remite a
las páginas de Evita, an intimate portrait of Eva Peron, la recopilación
de su estilo según Juan Pablo Queiróz y Tomás de Elía
que editó Rizzoli Books. La glamorosa edición documenta la pasión
de Evita por los trajes de disfraces desde la infancia: en la página
23 mientras sus hermanos Erminda, Elisa, y Blanca lucen tutús con lunares
y vincha, Juan se vistió de paje o mago, Eva, de dos añitos, viste
gorronegro y un vestido con tirantes y flores en la mano que bien podría
pasar por un anticipo de esos trajes regionales de la adultez.
El recorrido
Visitar
el rincón hispanomorisco donde el criterio Herencia de Medio Oriente
agrupa a las faldas cortas como de bailarinas orientales rematadas con encajes
en oro de Toledo, las joyas con incrustación de nácar en el hierro,
el abigarrado traje marrón bordado en oro de las chicas de Málaga
con volados de tradición mediterránea y una camisa de lienzo oriunda
de Navalcán.
La selección refleja la convivencia de árabes y judíos
y el comercio con los fenicios, de la que surgió la joya en forma de
medialuna llamada Arracada como ítem de rigor. El apartado El color
de las cofradías es además de uno de los más ricos
en trajes de fantasía remitirse al charro de Salamanca el
que refleja códigos de la nobleza como el lenguaje del pañuelo:
hay uno con encaje de bolillos que reproduce las iniciales de Eva.
Así conviven los trajes con azabache para fiestas patronales de Palencia,
una rareza adornado por la célebre bordadora Aveda, especialista en trajes
de torero en los años 25. Contiene bordados refinadísimos
que citan adornos y la estructura de una escultura ibérica del siglo
cuatro antes de Cristo.
También abundan los trajes negros con gorguera y vestidos con furiosas
combinaciones de rojo carmín con negro en paño grueso originales
de Castilla. Los bordados con azabache remiten a una creencia de los celtas
fundamentada en que alejaban los malos espíritus.
Imposible no mencionar que el criterio de curaduría está dirigido
a dar protagonismo a las prendas que se corresponden con las de la colección
de retratos de los reyes españoles de los siglos 16 y los hot items de
esa época. Durante el reinado de Felipe II, el favorito de Larreta
se impuso la vestimenta negra como consecuencia de que se descubrió en
América una sustancia llamada palocampeche para hacer la tintura negra,
el color estuvo primero muy de moda, luego quedó como símbolo
del luto.
La puesta continúa con trajes que se inspiraron en vestimentas de la
nobleza europea del 16 al 19. En el salón azul que supo oficiar de recibidor
hay maniquíes con sedas de Italia y Francia que tanto gustaron a los
Borbones; también estampas de Barcelona y Valencia que se corresponden
con el damasco de las paredes. En el gótico retablo de Santa Ana del
Oratorio, vale contemplar el traje medieval con el escapulario de papel con
el corazón de María, camisa blanca con gorguera y falda verde
de basquiña desde la cintura.
Luego, un cuarto con una puesta de los canastos originales y versiones libres
de trajes celebrando el intercambio de trigo por trajes: un traje de bailaora
con lunares blancos sobre fondo celeste simbolizando la Argentina y un traje
de Guipúzcoa, el festivo de las solteras, con alpargatas incluidas al
que se cambió el verde por amarillo para formar la bandera española.
El baño funciona como tributo a la silenciosa tarea de mujeres: la bañera
de mármol fue camuflada con mampostería para la ocasión
pero aún se pueden apreciar detalles excéntricos como el
inciensario de plata que funcionó como lámpara. Hay varios
maniquíes con lujosas enaguas y calzones con encaje a bolillos regidos
por guipur, puntos de España y Valencienne. Todos los domingos hasta
el 2 de setiembre y de 16 a 18 un grupo de cultoras de esas técnicas
que permiten rematar mantillas con ondas llamadas puntas de castañuelas
harán demostraciones del oficio.
El itinerario concluye con una celebración de trajes espontáneos
llamada Policromía de las Fiestas: agrupa al de Lugo, con mantilla de
tul blanco sólo para jóvenes y falda roja y negra y al de Avila
con su sombrero sobrepañuelo y superposición de faldas y un indicador
de las influencias españolas en el altiplano boliviano.
Mientras la mujer de Cáceres luce las faldas más cortas y zapatos
bordados, la silueta de Cádiz con falda de seda con volantes, abanico
de la corrida y mangas abullonadas tiene rasgos en común con los antiguos
vasos de Creta, la dama de Castellín más que por el traje conmociona
por un peinado muy adornado que suele ser comparado con un enjambre de abejas.
El estilo de las amazonas de Córdoba lleva chaqueta corta, faja y sombrero
ancho, la de Granada recurre a falda de seda chillona, body ajustado y mantilla
blanca y el traje de Huelva falda aristocrática bordada en oro. La dama
de La Coruña complementa la falda atiborrada de azabaches con cintas
en la cabeza que respetan el código color rojo para solteras, blanco
en las casadas y negro para viudas.
El de Avila resistió a la invasión de otras modas y permaneció
amarillo y negro con mantón bordado y sombreros de paja repletos de cruces,
corazones y versos. Imposible no mencionar las leyendas amorosas que fueron
bordadas para Eva en la ropa interior: las mujeres de León bordaron cintas
de seda con declamaciones tales como El sol de tus perfecciones es sin
eclipse ni borrones y también ligas de cintas con Es la maragata,
gente noble, leal y valiente, quien te regala esta liga, diera toda su vida.
Apurarse a contemplar esta rareza llamada De España para Eva
en Juramento y Vuelta de Obligado, porque las toscas sandalias almadreñas
vuelven a las cajitas blancas que las contienen, los jubones y mandiles ingresan
en los percheros refrigerados y los cajones con telas de liencillo que protegen
las capas y las especialistas que vuelven a guardarlas respetando el mapa de
ruta que indica los sectores en el placard.
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