Vie 25.07.2008
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TENDENCIAS

Desembolsadas

El primer impulso surgió a partir de un dato bien concreto: la cantidad de bolsas de plástico que cualquiera que hace al menos una compra diaria es capaz de acumular. ¿Es necesario vivir con esto? se preguntó alguien en una oficina y el no general abrió paso a un emprendimiento –imponer el uso de bolsas de algodón no descartables– que ya involucró a una cooperativa textil, artistas, activistas y siguen las firmas.

› Por Elisabet Contrera

En ronda de mate, Luciana preguntó a sus compañeras de oficina: ¿Se puede vivir sin las masivas bolsas de plástico? ¡Sí!, corearon todas luego de recordar la costumbre perdida de abuelas y madres de utilizar la bolsa de mimbre o arpillera para cargar las compras del día. ¡Sí!, coreó poco tiempo después Clara cuando decidió sumarse al proyecto y convertirse en la responsable del diseño del producto, que ya se encuentra a la venta en diferentes locales de la ciudad de Buenos Aires. ¡Si!, coreó más tarde Tamara, de la cooperativa La Alameda, que junto a un grupo de costureras recuperadas de talleres clandestinos confecciona las bolsas de tela. Ellas son parte de la campaña “No Uso Bolsas de Plástico”, iniciativa que busca desterrar hábitos perjudiciales para el medio ambiente, como es el consumo irrestricto de bolsitas.

Esta campaña tiene plena vida en Internet, donde logró capturar miles de adeptos de todo el mundo. Fotos de jóvenes luciendo sus bolsas de algodón, comentarios y preguntas de internautas, al igual que sus propuestas para reducir el consumo de bolsas son una muestra de que la iniciativa circula y no para. La periodista Luciana de Luca es integrante de la consultora de comunicación El Viaje de Odiseo, especializada en web 2.0 y promotora de la campaña. “Una tarde empezamos a charlar sobre la cantidad de bolsas que se acumulan por compra y a imaginar si se podía vivir sin ellas. Luego, recordamos que nuestras abuelas usaban bolsas de algodón para hacer los mandados y nos preguntamos por qué no difundir esa costumbre tan saludable para el medio ambiente. Así nació el proyecto”, contó la joven. La creación de una página web, de un fotolog y un facebook, con más de 200 miembros, una muestra de arte, un foro para intercambiar información sobre productos ecológicos son algunas de herramientas utilizadas para difundir la campaña.

Según se explica en la página web www.nousobolsasplasticas.com, “las bolsas de plástico son fabricadas a partir de petróleo y gas y tardan cerca de cien años en deshacerse en pequeñas partículas tóxicas que penetran en los suelos y entran en la cadena alimenticia cuando los animales los consumen accidentalmente. Los chinos llaman ‘basura blanca’ a la contaminación producida por las bolsas y los australianos prefieren denominarla la ‘flor nacional’, una ironía que alude a las bolsitas rotas y enredadas en los arbustos”. Se estima, de acuerdo con la misma fuente, que cada año se consume un millón de bolsas por minuto en el mundo. Más de 100.000 pájaros, ballenas, tortugas y otras especies marinas mueren a causa de las bolsas plásticas cada año.

“No uso bolsas plásticas. Gracias” es el slogan de la bolsa pensado por la dibujante y diseñadora Clara Lagos. “Nos basamos más que nada en la practicidad, tanto en el diseño de la bolsa como en el de la estampa. Una bolsa de compras con costura reforzada en las manijas y un mensaje claro. En la confección se usó tela de algodón natural y para el estampado se usaron pinturas serigráficas no tóxicas”, explicó Clara, también integrante de la consultora. Ella además es una de las artistas que participarán de la muestra de arte para instalar la campaña. “La idea es que cada artista realice una intervención con la bolsa. Todas las obras luego serán expuestas al público”, contó Luciana. Clara ya terminó su obra. “Me pareció divertida la idea y porque –como ya te conté–, todo lo que gire en torno de una idea que invite a pensar y a cambiar me entusiasma”, remarcó. El historietista y dibujante Liniers, su colega Caro Chinaski, la escultora y artista plástica Jacinta Grondona, la grafittera y tagger Pum Pum, la artista plástica y fotógrafa Marina Bandín y los stencileros de Run Don’t Walk ya tiene en sus manos las bolsas y están en plena creación.

La campaña no sólo despierta el interés de cientos de personas que visitan cotidianamente los diferentes formatos web sino que promueve el ejercicio de pensar alternativas para reducir el consumo de bolsas. Hacer compras medianas en el supermercado y pedir que pongan productos en las cajas de cartón y luego separarlas para los cartoneros es una alternativa dada por Teresa, fan de la campaña. Alida, otra internauta, reveló que volvió a usar la vieja y pintoresca canasta de mimbre para ir al almacén. “Al principio el verdulero o la cajera del súper te miran raro, pero es útil y no nos llenamos de bolsitas con las que después no sabemos qué hacer”, contó. También se puede encontrar la experiencia de Jimena, que separa el papel de los demás residuos generados en la oficina para disminuir el uso de bolsas y ayudar al cartonero de la zona. “No creerían lo rápido que mis compañeros se acostumbraron a tirar el papel en una caja ad hoc”, relató.

Tamara Rosemberg es otra de las promotoras de la iniciativa. Ella es responsable de los emprendimientos textiles de la cooperativa La Alameda, que se encarga de la producción de las bolsas de tela. “Además de promover el cuidado del medio ambiente nos pareció importante también colaborar con el movimiento de comercio justo y trabajo digno”, explicó Luciana. La primera tanda de la producción estuvo en manos de la cooperativa La Juanita, pero hace un par de meses se trasladó a La Alameda.

“La iniciativa es genial. Es bueno para defender el medio ambiente y más útil para los consumidores”, sostuvo Tamara. Ella coordina el trabajo de los 14 costureros. Se trata de ciudadanas y ciudadanos de países limítrofes que llegaron a la Argentina con esperanzadoras promesas de trabajo y que terminaron siendo víctimas de explotación laboral en talleres clandestinos. “Ahora estamos por lanzar nuestra propia marca Mundo Alameda: Un mundo sin esclavos (http://unmundosinesclavos.blogspot.com). Fuimos victimas de las grandes marcas y su cadena de valor perverso. Nosotros ahora apostamos a elaborar ropa de calidad, sin explotar y sin robar a los clientes”, adelantó Tamara.

Las bolsas de algodón tienen un valor de 10 pesos y se pueden conseguir en la tienda Cou Cou, ubicada en Thames 1437, en Palermo, y en la Tienda Limón, en Cosme Beccar 230, cerca de la estación de San Isidro. También se puede solicitar al email [email protected]. La elaboración de la bolsa tiene un costo de casi 8 pesos, entre confección y estampado con tintas catalíticas al agua, no tóxicas, por Run don’t Walk. “El resto del dinero será destinado a un fondo común que buscará financiar pequeños proyectos sostenibles”, explicó Luciana. Las tres mujeres lucen sus bolsas proambientales —estilo campestre o las clásicas de rayitas—- irradiando entusiasmo y ganas de decirle que no al vendedor cuando atina a darles la bolsa de plástico.

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