Sáb 09.08.2008
las12

EL MEGAFONO

Mundos, sueños... ¿y las mujeres?

› Por Marta Antunez*

“Un mundo, un sueño” es el lema de los Juegos Olímpicos de Beijing, que ya nos han avasallado como antes ningún otro. Pocas veces se vislumbra tan fuertemente la unión de política y deporte, pero esta vez fue posible por el paseo un tanto dificultoso de la antorcha olímpica por el mundo. Y aunque puso en la mira el tema de los derechos humanos que hizo protestar a unos y hacerse los desentendidos a otros, también abrió luz en toda la línea temática: la política de los Juegos, los Juegos y la política, los Estados y los Juegos, el “Estado presente” con los deportistas que van a los Juegos, las quejas de los deportistas contra el Estado, los entrenadores, la dirigencia, los Comités Olímpicos, los sponsors, los millones, los centavos y las combinaciones que se pretendan. Y el movimiento olímpico que dicta así deportes y organizaciones en cada uno de los países que quizás nunca tengan deportistas que lleguen a una final, para sostener el olimpismo y sus ideales.

Cuestión que ya es cosa de locos intentar ocultar las razones políticas que llevan a que los Juegos sigan siendo lo que son, el evento máximo que cada cuatro años corona ideales.

Y lo primero que viene a mi mente en estas cuestiones deporte-política es la foto del podio de los 200 metros de México en 1968, donde los dos primeros levantaron su mano enguantada de negro para protestar por la situación de los negros en Estados Unidos, ambos “exonerados” del deporte luego; el tercero, un australiano que acompañó el podio corrió la misma suerte en su país. Después vino Munich ‘72 y la masacre, los boicot a Moscú ‘80 y luego a Los Angeles ‘84. Pero la foto de los negros con el puño en alto pudo tanto como muchas protestas multitudinarias casi invisibilizadas por los medios. El segundo de gloria del podio pudo más que el ganar, quizás nadie los recordaría hoy sino como deportistas convencidos de un ideal que defender. Los poderosos los borraron del Movimiento Olímpico por disentir con los ideales deportivos, pero fueron eternizados con laureles por defender otros ideales: “No soy mejor que otro hombre, sólo tuve una plataforma para expresar mi posición. Fui un hombre que pensó lo mismo que otros activistas de derechos humanos”, dijo Smith.

Entonces es inevitable que se pueda pensar justo en este evento para teñirlo con las cuestiones de momento, unos con el mercado y la política y otros con las protestas hacia mercado y políticas. El mundo sólo verá esa porción de terreno, cultural, social, deportivo, verá ídolos, y soñará que ese es el mundo. El poder será el que ordene que se verá de ese mundo y que quedará oculto o ignorado.

Pero vuelvo a soñar yo también, llevada por esa foto que dejó una marca: Tommie Smith y John Carlos con el saludo del “Black Power” en el podio de México. Y pudieron protestar y ser visibles, eternos y preocupar hasta a los organizadores de Beijing pasados cuarenta años.

Entonces, ¿y las mujeres? Entramos tarde a los Juegos, gracias a que políticamente era insoslayable. El movimiento feminista había fundado su propio Juego Olímpico con una francesa, Alice Melliat, a la cabeza, y al planificado gran monstruo olímpico no podían escarpárseles. Entonces las incluyó, poco y mal, pero están dentro. Aún no se puede hablar de equidad, es inexistente por más que algunos números marquen crecimientos y medallas, ni hablar de dirigentas y entrenadoras. Y las que escapan al sistema, las que se plantan como Ana Guevara, que dejó el atletismo antes de los Juegos denunciando corrupción dirigencial, son invisibles.

Me pregunto: ¿que pasaría si en un podio del deporte madre, el atletismo, una deportista levanta un “puño de libertad” contra las injusticias hacia las mujeres y niñas del mundo? ¿Si por una vez nos adueñamos, de la mano de una privilegiada, del segundo inmortal de los Juegos Olímpicos? Parece una utopía, a decir de Galeano: uno camina y el horizonte se aleja cada vez más.

* Ex atleta.

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux