El extraño caso de los octillizos no sólo es una muestra de la irresponsabilidad médica en la multi-inseminación de Nadya Suleman en Estados Unidos. También se convirtió en un reality show que desnuda algunos ribetes de la maternidad y paternidad de mercado. Denis Beaudoin es el nombre de un hombre que asegura haber sido ex novio de Nadya (madre de los octillizos y de otros seis hijos anteriores) y que él le donó semen cuando estuvieron juntos para que ella se realizara futuras inseminaciones. Por eso, ahora pide realizarse un examen de ADN para conocer si es el padre biológico de los bebés que, ahora, tienen un mes.

Denis no le tocó la puerta a Nadya. O, al menos, decidió ir por más. El reclamo de su multipaternidad de los ocho bebés nacidos el 26 de enero lo hizo en el programa de televisión Good Morning América. Ante cámaras contó que tuvo una relación amorosa con Nadya hace diez años y que, en ese momento, le donó esperma a su novia. El relató que le pareció fuera de lo normal que ella le pidiera semen, pero que lo hizo porque estaba enamorado de ella. “Me importaba mucho y la quería mucho”, contó él. Y describió incluso las virtudes de Nadya: “Ella tenía una sonrisa contagiosa. Sus carcajadas me hacían partirme de la risa... su personalidad extrovertida era genial”, la piropeó.

A pesar de las declaraciones de Beaudoin, Nadya aseguró que él no es el padre de sus hijos sino que se trata de “un buen amigo”. El reclamante, mientras tanto, está casado y tiene dos hijos. También aseguró que está dispuesto a ayudar económicamente a los bebés si los análisis genéticos le dan la razón en su reclamo de paternidad. “Mi esposa no está muy contenta con este asunto. No puedo culparla. Y es que yo le estoy echando este peso encima, ha sido una noticia chocante”, confesó Beaudoin en plan de superhéroe pater star.

Nadya está desempleada, recibe ayuda estatal y su casa está por ser hipotecada (igual que la de miles de norteamericanos) por las dificultades para pagar su crédito.Por eso, la idea de un padre salvador es funcional al agujero que se destapó por el multinacimiento de los octillizos Suleman. Mucho más, cuando el propio padre de Nadya también fue a un programa de televisión —nada menos que al de Oprah Winfrey— y calificó de “irresponsables” a los médicos que fertilizaron a Nadya y a su propia hija.