MONDO FISHION
La diseñadora argentina Valeria Pesqueira se inspira en su infancia, en sus miedos, en los animalitos de fábula y en su gusto por el rock para crear un mundo propio que llega hasta las tiendas de vanguardia de Europa y triunfa en el mercado japonés.
› Por Victoria Lescano
“Uní todos los puntos desde mis comienzos en la moda hasta ahora y los mezclé: mi gusto por el rock, lo cute, lo japonés, lo indie, las fábulas, lo dark y la nouvelle vague fueron como piezas de un castillo que armé para poner adentro lo que más me gusta y disfrutarlo. Así como cuando era niña y me daba miedo ir a dormir por las noches, cerraba los ojos y me imaginaba algo que me gustaba mucho, y entonces aparecían colores y lindas sensaciones que ayudaban a entregarme. Ya adulta sigo practicando ese método para exorcizar los miedos. Cierro los ojos y traigo lo que más me gusta. La diferencia es que ahora lo comparto” argumenta la diseñadora Valeria Pesqueira acerca de los disparadores de “Hope”, su colección más reciente.
En la campaña gráfica, una modelo luce un vestido blanco con sutiles trazos de perros. El mundo animal es una constante en sus estampas realizadas durante procesos de investigación y en colaboración con otros artistas.
En el imaginario del estilo “Pesqueira” abundan siluetas de cebras, osos panda, jirafas, ciervos, pero también trazos de muñecas, faldas de lunares en diversidad de combinaciones cromáticas. Creadora de una tienda en Palermo, con formato petit y elegante que lleva su apellido, luego de graduarse en indumentaria y el oficio que le dio el paso por las firmas Levis y Vitamina, representa un abordaje a la moda que concilia el espíritu Indie con la inserción en la industria de la moda en la escena local y el mercado internacional.
Antes de graduarse en Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires, hizo un breve paso por Ciencias Económicas. Pero pudo más su gusto por jugar con un frasco de botones en la tienda de Ramos Generales que su familia tenía en Ranchos, un pueblo de la provincia de Buenos Aires donde pasaba sus veranos, la visita a la galería Quinta Avenida, uno de los primeros reductos consagrados al vintage que conoció a fuerza de una madre que coleccionaba carteras y perfumes y mezclaba estilos retro de un modo inédito y una padre vinculado con la industria desde el grupo Alpargatas extremadamente curioso y quien ahora, ya jubilado, asiste a clases de Antropología.
El tributo a la familia de los osos no sólo disparó un código secreto entre sus amigas para referirse a mujeres aguerridas con apariencia inocente, sino que alcanzó el clímax en 2009 con “Bear to Wear” un modelo de carteras en tonos de beige y blanco y negro emulando a un panda hecho en cuero argentino que ingresó a las tiendas del Museo de Arte Moderno de Nueva York y de Tokio. Y que se complementó con remeras con instructivos para armar osos de modo casero. Recientemente un ejemplar de esa serie en blanco y negro apareció en una edición de Vogue americana, colgando de la cantante Kate Perry. Dice Valeria sobre su aproximación al mercado foráneo que incluye tiendas de vanguardia en Europa y Estados Unidos así como el mercado japonés: “Surgió de distintos modos, desde mi tienda en Buenos Aires se abrieron nuevos mercados, me seleccionaron de la tienda francesa Le Bon Marche para un ciclo dedicado a la moda argentina, de varias pequeñas tiendas de vanguardia de Nueva York, el mercado japonés me descubrió en una feria en Los Angeles y hoy es mi mejor mercado. Hace dos temporadas que viajo a llevar la nueva colección. El mundo virtual también abre puertas, desde mi web y mi blog –de visita imprescindible pues recomienda música, restaurantes, películas, además de difundir sus nuevos diseños– estoy ingresando al circuito de navegadores consumidores. La última tienda que me compró queda en Oporto, Portugal, muy cerca del lugar de origen de mi apellido que es Pontevedra en Galicia. Pero para permanecer en ese mercado es necesario hacer los envíos y responder de un modo exacto y preciso, de lo contrario no entrás”. Consultada sobre las usuarias de sus colecciones, no vacila en destacar a todas las mujeres con espíritu joven a las que les gusta la música, el arte, el cine, las culturas, buscan descubrir un mundo vinculado con las prendas.
Un nuevo proyecto lúdico afín con los gustos de esta mujer que construye pequeños castillos con sus gustos es Escuela Tm, concebido para el ciclo Malba Niños y que el 28 de julio se presentará en la tienda del Museo. Y allí se podrá ver una celebración de fetiches escolares de antaño reinterpretados por la diseñadora con énfasis en lo utilitario: de un maletín de cuero en tonos rojo o azul con hebillas metálicas que pueden mutar en cartuchera a una mochila de tela con trazos de un hogar que deviene monedero y cartucheras de lona con prints de lunares azules y cierres diente de perro a contratono, un delantal, reversión del clásico pintorcito de jardín de infantes cuyas tradicionales estampas vichy fueron reemplazadas por siluetas de osos y de muffins; fundas contenedoras de globos cuyas morfologías representan algún oso panda, a variedad de peces y de gatos. Y entre unos y otros flamean banderines que ofician de guirnaldas de kermesse o de algunos de esos cumpleaños que, según dice Valeria Pesqueira, era uno de esos momentos felices en los que pensaba cuando era una niña y no podía conciliar el sueño.
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