TEATRO
Una pieza de humor absurdo en la que un ama de casa hace el duelo por su pareja a la vez que vela su propia y plana existencia.
› Por Sonia Jaroslavsky
En el fondo de la escena una luz tenue bordea la silueta de un hombre que toca en su guitarra una triste melodía. El frente de una casa de cartón se mueve y avanza lentamente hacia la platea mientras un gran árbol, también de cartón, se hace presente por la derecha. De esta manera comienza el espectáculo Luisa se estrella contra su casa, que realiza funciones en el Espacio Callejón de barrio del Abasto con un boca a boca que acrecienta su estadía en la cartelera porteña.
Luisa se acerca al público y comenta: “Y entonces pasa que Pedro no está más”. Pedro, la pareja de Luisa, murió en un accidente de moto, por eso no está más. Luisa se encuentra así en un frágil estado y proyecta sus pensamientos en la escena. ¿Cómo transita Luisa ese dolor? “Hoy a la mañana fui a Coto. Me encanta ir. Me pone de contenta... Voy a la mañana porque va menos gente. En la caja de un producto nuevo leí que decía: Cuidado, Frágil. Y pensé en mí.” Luisa una y otra vez visita el supermercado como una manera de paliar en los pasillos de las góndolas la soledad en que está inmersa. La muerte que la dejó sin su amado se llevó también algo y todo de su vida. Quedó desamparada de afectos en un estado flotante donde la comunicación con los demás parece un imposible, entonces imagina.
Los fantasmas se presentan como si fuera una fábula infantil. Habla con Pedro y un muñeco de Odex (sí, un actor que está envuelto en un envase gigante de Odex como el de las publicidades). El gentil producto de limpieza le carga a Luisa las bolsas del súper, le limpia la casa y hasta le oficia de terapeuta, mientras ella se queja de su vecino (el único que no es parte de su imaginación) que no para de tocar una y otra vez su guitarra. Este es el mundo de Luisa, frágil, como el producto de un supermercado envuelto en un precario cartón.
Este pequeño y sólido trabajo comenzó a gestarse en 2007 en un frío galpón del Centro de Exposiciones de Buenos Aires con la producción del Festival Internacional de Buenos Aires. Luisa... es un proyecto de investigación de la compañía Vilma Diamante, que tiene como integrantes al músico Guido Ronconi, al joven director y dramaturgo Ariel Farace y a los actores Matías Vértiz, Juan Manuel Wolcoff y Luciana Mastromauro. Este espacio fue el que impulsó el mundo imaginario que sostiene esta pieza. El trabajo de investigación realizado en el galpón encontró buen puerto en su transposición al teatro.
Ariel Farace transmite en esta obra una síntesis conceptual con potencia poética en su fusión del texto, escenografía y sus personajes delicadamente bosquejados al encuentro de un estado emocional. Proyecta así los pensamientos de Luisa en todo el entramado de la obra. Logra un equilibrio entre el humor desatado por las absurdas conversaciones con el muñeco de Odex hasta las más filosóficas disertadas por su novio muerto. La casa se despliega como un rompecabezas, se concentra y se expande. Es góndola, pasillos de supermercados, ambientes de la casa. Cecilia Zuvialde trabajó el espacio junto al director encontrando esta síntesis pocas veces lograda en la escena alternativa. Luciana Mastromauro encarna a Luisa con una dulzura y tenacidad impecables. Guido Ronconi, Matías Vértiz y Juan Manuel Wolcoff acompañan y delinean sus personajes de manera homogénea aportando la difícil tarea de darle solidez a este mundo que se desprende del imaginario de Luisa.
En boca de Pedro escuchamos frases como “durante el siglo XIX, lo fantástico comenzó a vaciar el mundo real”. ¿Qué quiere decir Pedro con estas frases? Lo fantástico vacía al mundo real en el siglo XIX entre otras cosas por el temor a la angustia que producía la muerte. El miedo y la angustia eran motor de los cuentos fantásticos. El nihilismo ante la existencia mundana conformaba el mundo de los personajes. Luisa como estos personajes de otro siglo no sólo duela a su pareja sino que duela su propia existencia, por eso se estrella. Farace vuelca un sutil cambio paulatino en este personaje. Abandona el nihilismo porque hay transformación. Luisa sabe que en lo imposible está la realidad y en eso su posibilidad. ¤
Luisa se estrella contra su casa. Sábados, 21 hs, Espacio Callejón, Humahuaca 3759, Abasto.
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