Vie 07.08.2009
las12

PALABRAS MAYORES

¡Dale!

Usando esa expresión infantil que propone una fantasía para invitar a jugar –¿Dale que...?– un grupo diverso comenzó a reunirse para desbaratar a los juguetes bien acomodados por color y sexo y crear otro orden, no sexista, no homófobo, no belicista. Una serie de noes capaz de convertir una muñeca barbie en una travesti que quiere ser presidenta. ¿Jugamos?

› Por Verónica Engler

Camioncitos, pelotas y soldaditos, para los nenes. Pero antes que eso, obvio, juegos para la playstation de carreras de autos, peleas entre mafias y también uno en el que la diversión pasa por molestar a los compañeros de aula, a los que son gorditos, o usan anteojos o a los nerds que les gusta estudiar.

Para las nenas, muñecas (si es Barbie, mejor), bebotes, equipos de cocina (ollitas, sartenes, espátulas) o de peluquería. Y para la compu tal vez se pueda encontrar algún videojuego de princesas.

Aquí están, son las ofertas de este año (y del anterior, y del previo también) para el Día del Niño. Lo de no incluir a las Niñas en la nominación de la preciada efeméride infantil es apenas un detalle. Como detalle también es que el sujeto “hombre” acapare a todos los seres racionales, varones o mujeres.

Se sabe, en la más tierna infancia los estereotipos de género comienzan a calar fuerte y a señalizar el camino de unas y otros en una dirección y no en otras posibles. Así lo advirtieron durante el apacible verano con el que se iniciaba este año las integrantes de la Red Informativa de Mujeres de Argentina (RIMA). Luego de reflexionar vía mail sobre cómo el sexismo modelaban a los juegos y a los juguetes, a las niñas y a los niños, a la diputada porteña Diana Maffia se le ocurrió plantear la iniciativa de armar un grupo para pensar estas cuestiones en vivo y en directo. Entonces, la convocatoria se extendió mucho más allá de esta red mujeril y llegaron, además de otras mujeres, hombres y travestis al primer encuentro realizado en marzo en la Librería de las Mujeres.

De este cónclave inicial surgió la idea de hacer una campaña de juegos y juguetes no sexistas, no belicistas, no consumistas, no homofóbicos y una serie de “noes” que, finalmente, se transformaron en “Dale que... Juegos y juguetes para un mundo mejor”, así es como bautizaron a esta propuesta lúdica.

“La idea surgió a partir de que nos preocupaba cómo se aprenden los roles de género a través de los juegos y los juguetes. Nos alarma bastante que los mensajes de los medios de comunicación sobre juguetes dirigidos a niños y niñas reproducen estereotipos sexistas y transmiten una diferenciación tajante entre los roles masculino y femenino, y presentan una idea de complementariedad que no creemos que en la realidad sea así”, cuenta la politóloga Aluminé Moreno, integrante del Grupo de Estudio sobre Sexualidades del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y directora de la Comisión Especial de Igualdad de Oportunidades y de Trato entre Mujeres y Varones de la Legislatura porteña. “Pensamos que si queremos deconstruir estereotipos tendríamos que construir otro tipo de juguetes y proponer otro tipo de juegos. Porque la infancia es el momento clave en el que se aprenden los roles de género, entonces nos parece que también es el momento clave para deshacer el género.”

¿Alguien vio algún nene aupando un bebote en las publicidades que por estos días los promocionan para las niñas? ¿Por qué ellas deberían ser las destinatarias exclusivas de estos muñecos y sus cuidados? ¿Por qué los juegos de construcción están dirigidos casi exclusivamente a varones? ¿Las nenas no son aptas para manejar los bloques y armar edificios, barcos, robots y autos de carrera?

Estas son algunas de las preguntas que pueden surgir a la hora de dar un vistazo aquí y allá para elegir el regalo del domingo para pequeños y pequeñas.

“Empezamos a problematizar los juegos más que los juguetes porque también se nos ocurrió que los juguetes podían tener usos subversivos –comenta Moreno–. Como, por ejemplo, jugar a que una Barbie es una travesti que llegó a la presidencia de la Nación.” Porque si bien la glamorosa muñeca que ha entretenido a varias generaciones de niñas va cargada de un sentido unidireccional cuando llega a las góndolas de la jugueterías, los usos que le den los niños y las niñas bien pueden escapar a esos planes de diseño.

La idea motora de “Dale que... Juegos y juguetes para un mundo mejor” es la de un grupo que no sólo piensa y debate en torno de lo lúdico como elemento constitutivo fundamental de las subjetividades, sino también que se propone accionar, a su debido tiempo, para incidir en el estado de la cuestión. Por eso, una de las ideas de este colectivo es armar una campaña capaz de interpelar a madres y padres, maestros y profesoras, publicistas y comerciantes del rubro entretenimiento para que, al menos, se refieran al tradicional “Día del Niño” como “Día de la Niña y el Niño”.

Claro que la propuesta no se agota en la renominación del mentado día. Se trata de indagar las formas de promover otros valores a partir del entretenimiento y la diversión.

María del Socorro Pereyra Rozas también participa de esta iniciativa lúdica aportando su experiencia de más de una década al frente de diferentes actividades educativas y deportivas. Parte de su trabajo durante varios años fue subirse a cruceros y ocuparse de la recreación de poblaciones muy disímiles en origen, edad e intereses. Pero también se desempeñó tanto en villas de la periferia capitalina como en la programación y coordinación recreativa, educativa y cultural en diferentes sectores empresariales en España e Italia. Esas experiencias le encendieron una inquietud, la de idear “juegos para la construcción de la paz”.

“El juego es una cosa seria”, afirma Pereyra Rozas sin una pizca de solemnidad. “Con esto quiero decir que los juegos poseen muchísimas características posibles de elaborar y reelaborar a favor de la paz y de crear vínculos diferentes, porque hasta el día de hoy la práctica con adolescentes, niños y adultos en actividades diversas me llevó a pensar que el camino más adecuado para llegar a promover la paz es plantear los juegos desde la igualdad, la cooperación, la colaboración, la búsqueda de objetivos comunes y no caer en el ‘te gané’, ‘eso no es para vos’ o ‘los nenes esto y las nenas aquello’”. Por ejemplo, el “juego de la silla” que propone esta docente difiere un tanto del que habitualmente se pone en práctica en algunos cumpleaños. En la variante tradicional los participantes luchan por ocupar espacios (sillas) que se irán reduciendo a lo largo del juego cada vez que la música se apague y los que no estén sentados quedarán eliminados. Pero en la propuesta cooperativa de Pereyra Rozas, el objetivo principal es que no quede nadie afuera, por lo que a pesar de reducirse los espacios, no queda nadie eliminado ya que los participantes deben compartirlos ayudando a sostenerse unos a otros.

Uno de los proyectos del grupo es armar un taller de reciclado para jóvenes, con la idea de que puedan crear a partir de piezas en desuso nuevos objetos para jugar y compartir con otros y otras.

Si bien quienes participan de esta iniciativa son personas adultas, la idea es comenzar a incorporar la mirada de niños, niñas y adolescentes para que las reflexiones y acciones del grupo no se alejen de los principales protagonistas de esta saga, esos que tal vez en el futuro den con los juegos y juguetes que auguren infancias menos ceñidas para nenas y nenes.

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